¿Un reactor nuclear en la Luna? EE UU, China y Rusia compiten por llegar primero y ya hay fechas sobre la mesa
Estados Unidos, Rusia y China -tres de las principales potencias mundiales- están inmersas en una renovada carrera espacial. Esta vez, el objetivo no es llegar primero al espacio, sino instalar un reactor nuclear en la Luna. Durante esta semana, medios estadounidenses adelantaron que la NASA planea acelerar sus esfuerzos para construir este sistema energético en la superficie lunar antes de 2030.
Según informa POLITICO, aunque la iniciativa no es nueva, el anuncio permitiría establecer un calendario más concreto y forma parte de las ambiciosas aspiraciones de Washington para construir una base lunar permanente donde puedan habitar seres humanos.
Estados Unidos sigue con atención los movimientos de China y Rusia, que recientemente anunciaron su intención de colaborar en la construcción de una planta nuclear con vistas a 2035. Esta planta serviría para abastecer de energía a la futura Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS). "Se trata de ganar la segunda carrera espacial", afirmó un alto funcionario de la NASA al medio estadounidense.
La idea de desarrollar un reactor en la Luna ya había sido planteada por la NASA en 2022, cuando adjudicó tres contratos valorados en cinco millones de dólares a distintas empresas para diseñar prototipos. Estos reactores no solo permitirían generar energía de forma continua en la superficie lunar, sino que también podrían servir como modelo para futuras centrales en Marte, otro de los grandes objetivos a largo plazo de las potencias espaciales.
Sin embargo, los planes impulsados por Sean Duffy -nombrado administrador interino de la NASA por Donald Trump en julio- podrían verse afectados por los recortes presupuestarios propuestos por la Casa Blanca, que plantean reducir en casi un 50 % la financiación destinada a misiones científicas.
¿Qué se sabe del reactor?
Las directrices a las que tuvo acceso POLITICO revelan que la NASA busca propuestas para desarrollar un reactor nuclear capaz de generar al menos 100 kilovatios de energía, lo que lo convertiría en una instalación relativamente compacta. El objetivo es que esté listo para su lanzamiento a finales de 2029.
Los documentos también reflejan la preocupación de Duffy frente a los avances de China y Rusia. Existe el temor de que, si alguno de estos países logra instalar primero un reactor, podría declarar una "zona de exclusión" en la Luna por motivos de seguridad, lo que -según los informes- "inhibiría significativamente la capacidad de actuación de Estados Unidos" en la región lunar.
De igual manera, en los últimos días ha trascendido una segunda directiva, en esta ocasión enfocada a reemplazar más rápidamente la Estación Espacial Internacional actual, cuyo final está programado para 2030.