Llegó a Lima con los ojos y piel amarilla, y descubre que tiene cáncer: hospital salva su vida con la primera cirugía Whipple robótica del Perú
Tras pasar más de cuatro meses con molestias en el estómago y dolor al comer, Wilber Ancco Huamán notó que su piel y sus ojos comenzaban a tornarse amarillos. Lo que parecía un problema menor pronto se convirtió en una batalla contra un cáncer pancreático. En compañía de su hermana viajó desde Andahuaylas a Lima en busca de una respuesta, que encontró en el Hospital Dos de Mayo, ubicado en el distrito de La Victoria, donde un equipo médico escribiría una página inédita en la historia de la cirugía peruana al realizar la primera intervención de Whipple asistida por un sistema robótico en el país.
La operación, realizada con el robot Da Vinci Xi, además de representar un hito tecnológico en el Perú, salvó la vida de Wilber, quien aún se encuentra en Lima, llevando una recuperación positiva.
Peruano llega de Andahuaylas a Lima con los ojos y la piel amarilla
En octubre de 2024, Wilber Ancco, agricultor de 44 años y padre de tres niños, pensaba que los dolores que sentía en el estómago y al comer se debían a una gastritis o algún mal menor, pero con el pasar de los meses las molestias aumentaron. A mitad de enero, una coloración amarilla en su orina llamó su atención. Aunque en un inicio supuso que la causa era deshidratación, en febrero notó que el color de sus ojos se estaban volviendo amarillos y, con los días, su cuerpo también. Al acudir al Hospital de Andahuaylas, le revelaron que algo obstruía una de las vías de su organismo y, debido a que no contaban con las herramientas para extraerlo, le dieron una referencia para atenderse en Lima o Cusco.
“Como no tengo familiares en Cusco, vine con mi hermana a Lima porque otra hermana vive acá. De ahí mis hermanas me llevaron para averiguar dónde podíamos ir por esa especialidad. Nos encontramos con el Hospital Dos de Mayo, donde me hospitalizaron por emergencia y estuve así en el pabellón San Pedro por casi 15 días”, señaló para La República.
En marzo, tras una resonancia, los médicos detectaron que el causante de la obstrucción era un parásito. Luego de limpiar la zona y brindarle antibióticos, Wilber comenzó a sentirse mejor. Sin embargo, el Día del Padre recayó y volvieron a detectar que algo atascaba el mismo lugar. “Vine para que me operen el 18 de julio. Me pidieron varios análisis, que en dos lados conseguimos”, agregó.
Según detalló la Dra. María Cáceres, cirujana a cargo de la operación de Ancco, el paciente estuvo hospitalizado hasta en tres oportunidades para analizar las razones de la peculiar coloración amarillenta en sus ojos y piel, antes de determinar que se trataba de una obstrucción en la vía biliar. “El hígado produce la bilis. La bilis sale por unos conductos que se llaman vía biliar, que es como el desagüe y es lo que estaba obstruido. Dentro de todos los estudios que se hacen, recién en la tercera ocasión, en julio, logramos identificar que a nivel de conducto de salida había un pequeño tumor que obstruía este canal. Es ahí donde decidimos hacerle la duodenopancreatectomía (también conocida como procedimiento de Whipple)”, reveló para este medio.
La cirugía de Whipple, una de las más peligrosas en el mundo
Cáceres explicó la cirugía de Whipple es considerada una de las más riesgosas en el mundo, con una mortalidad de hasta el 60%; es decir, 6 de cada 10 pacientes suelen fallecer durante el procedimiento. El Hospital Dos de Mayo realiza este tipo de operaciones desde hace más de 20 años, aunque esta es la primera vez que se realiza en el Perú con apoyo de la robótica. A diferencia de la cirugía convencional, que ocasiona riesgos en el paciente como dificultad para respirar, dolor intenso e infecciones en la herida, debido a que se realiza un corte desde el esternón hasta el pubis, de aproximadamente 30 centímetros, exponiendo el cuerpo del paciente al ambiente, esta tecnología minimiza o desaparece las posibilidades de dolor o contaminación y reduce el sangrado y las complicaciones postoperatorias.
Acceder a la zona del tumor habría sido un trabajo complicado sin el uso del robot Da Vinci Xi, debido a que el páncreas se encuentra en el medio del cuerpo y en una de las áreas más protegidas del cuerpo. Por delante, los intestinos; por detrás, la columna; por la parte derecha, el hígado, y por el lado izquierdo, el bazo.
“Decidimos entrar porque tenemos la tecnología para hacerlo. Tenemos la ventaja de contar con la última tecnología mundial, que es el robot Da Vinci. El cirujano, sentado en una consola como si jugara PlayStation, coloca sus manos y el robot imita todos los movimientos, ejecutando los giros de la mano. Es normal que la mano pueda temblar un poco porque tengo una arteria que late en mi mano, lo que impide que sea tan preciso. El robot quita ese latido de la mano y hace que haya una precisión prácticamente del 100%”, explicó.
¿Cómo funciona el robot Da Vinci Xi?
Operar al paciente no fue una tarea fácil. Debido a que las arterias del área a tratar alimentan al páncreas, la vía biliar, el estómago y el duodeno, los seis médicos que intervinieron en la operación, que duró once horas, tuvieron que retirar las cuatro estructuras para luego reconstruir todo. No obstante, el modelo Da Vinci Xi ofrece ciertas ventajas. Las manos del robot hacen siete movimientos circulares e imitan a la perfección los desplazamientos de la mano.
“Tenemos cuatro puertos, uno que es la cámara y tres manos. El cirujano pasa de tener dos a tres manos, que las movemos mediante unos pedales. Para eso hay que tener entrenamiento en cirugía robótica. Hacemos cuatro cortes pequeños, por lo general, de nueve unidades longitudinales, donde metemos unas pinzas, dentro del paciente, y adentro, las manos del robot”, mencionó Cáceres.
Desde su implementación en diciembre de 2024, se han realizado más de 240 cirugías robóticas en adultos y menores, cubiertos por el Seguro Integral de Salud (SIS). Para ello, 48 profesionales de salud (31 médicos, 4 anestesiólogos, 10 enfermeros, un especialista en logística y 2 planificadores estratégicos), fueron capacitados en Perú y en el Hospital Israelita Albert Einstein, de Brasil, para aprender a usar la tecnología. Actualmente, se implementa en las operaciones generales, ginecología, urología, pediatría, cirugía de cabeza y cuello, así como en otras especialidades del Hospital Dos de Mayo, que es el único centro médico estatal que cuenta con esta tecnología, además del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN).
Luego de la operación, Wilber afirma sentirse mejor y estar en constante recuperación. Sin embargo, expresó para este medio que, desde su llegada a Lima hace seis meses, vive en la casa de su hermana en el distrito de Villa María del Triunfo, incurriendo en gastos extras por los medicamentos y transporte hacia el nosocomio de La Victoria, que no puede costear debido a que ha dejado de trabajar por su delicado estado de salud.
“Cuando llegaron (Wilber y su hermana de Andahuaylas), aunque sea un granito de arena, toda la población prácticamente nos ayudó, con todo eso hemos andado y caminado, pero cuando venimos al hospital es con nuestro propio bolsillo. Ahora para la operación estamos endeudados, como nos pidieron medicamentos, hemos ido a laboratorios de afuera”, contó su hermana, Paulina Ancco.
Para apoyar económicamente a Wilber Ancco, quien continúa asistiendo a sus controles en el Hospital Dos de Mayo, pueden comunicarse con el paciente al siguiente número: 967301765.