Tienes una barbacoa. Te has ofrecido a llevar tú la cerveza, pero como estás en déficit o simplemente eres algo tacaño buscas un pack barato y llegas a casa de tus colegas con 24 latas de Cruzcampo . Saludas, sonríes, estáis todos guapísimos, preguntas dónde está la nevera y cuando el anfitrión o la anfitriona dice trae para acá que lo meto yo, se calla, se para y te mira: ¿De verdad has comprado Cruzcampo? Eso de que Cruzcampo es una mala cerveza, verdad o no, nos hace a todos creer saber por nosotros mismos que efectivamente lo es. Tus amigos, exquisitos catadores, lo confirman cuando ya estáis todos sentados. Qué va, no lo digo porque lo digan todos. Se nota en el sabor. Es evidente, bro. Si en esa barbacoa estuviera presente Sergio Estévez , le explicaría un par de cosas a tus amigos. También a ti, también a ti. LOCatamos es su empresa, y en sus redes sociales , donde acumula más de 550.000 seguidores en total, publica pequeños vídeos catando diferentes productos. En uno de los últimos aborda esta cuestión: «¿Es la peor cerveza del supermercado? Seguro que en varias conversaciones os han dicho que si Cruzcampo así, que si Cruzcampo asá... Vamos a catarla y salimos de dudas». «Lo primero que vemos es que tiene un color bastante ligero, dorado. En nariz aparecen notas, como siempre: cereal, algo de lúpulo, algo de miel, tostado... Luego, en boca, tiene un amargor medio y un cuerpo de nuevo bastante ligero, porque lleva 4,8 grados de alcohol encima cuando la mayoría de cervezas del mercado llevan un poquito más, más o menos 5,4 grados», dilucida Estévez antes de emitir su sentencia definitiva. « Para mí no es para nada la peor cerveza del mercado . Es una cerveza ligera, refrescante, con cierto punto de amargor y muy adaptada al clima del sur. En este caso tiene maíz dentro de los ingredientes de elaboración y por eso, insisto, es un poquito más ligera, pero no es para nada una mala cerveza y mucho menos la peor de España ». Ya tienes excusa, pues, para seguir comprando Cruzcampo en las barbacoas sin que nadie se te eche encima, aunque eso en realidad nunca terminará de pasar. Y en el fondo está bien que sea así.