Cinco heladerías artesanales en Madrid con las que refrescar el verano
Desde recetas tradicionales hasta propuestas innovadoras, la capital cuenta con un creciente número de heladerías que elaboran sus productos de forma artesanal
La parábola de la cola de la heladería en agosto
El verano en Madrid se vive con intensidad y, con él, el helado adquiere un papel protagonista. Más allá de ser un simple postre, se ha consolidado como una opción refrescante que acompaña paseos y sobremesas en los días de calor. En la capital hay infinidad de opciones en las que conviven proyectos con décadas de tradición y nuevas heladerías que reivindican lo artesanal, apostando por recetas cuidadas, ingredientes de proximidad y combinaciones innovadoras. Pero siempre hay favoritas.
Esta tendencia no responde solo al gusto por lo natural, sino también a una demanda cada vez más consciente de los consumidores, que valoran el origen de los ingredientes y la forma en que se elaboran. Cacao de comercio justo o frutas de temporada de la huerta española son algunos ejemplos de cómo algunas heladerías madrileñas está elevando su propuesta ya que, el helado artesanal, se ha convertido en una experiencia gastronómica que refleja el dinamismo cultural y culinario de la capital.
La Romana, tradición desde mediados del siglo XX
Con origen en Italia, esta heladería abrió sus puertas en 1947 y ha logrado mantener su esencia con el paso de las décadas. Su propuesta se basa en sabores clásicos y una elaboración fiel a la receta original. En Madrid conserva el espíritu de la tradición heladera europea, con precios que rondan los 4,40 euros.
Mamá Elba, helados para todos
El proyecto de Elba, su fundadora, responde a un público diverso: helados artesanales, ecológicos, sin gluten, sin azúcares añadidos y con una amplia oferta vegana. Sus sabores van desde combinaciones clásicas hasta propuestas singulares y diferenciadas. Los precios empiezan en 2,50 euros, lo que convierte a esta heladería en una opción accesible.
Bibì e Bibò, herencia ítalo-española
Esta marca familiar ha consolidado seis locales en la capital. Su filosofía se apoya en materias primas de proximidad y en frutos secos de origen italiano. A la oferta habitual se suman novedades que combinan tradición y creatividad, como un helado inspirado en el aperitivo Spritz. El precio de partida es de 3 euros.
Kalúa, raciones generosas
Conocida por el tamaño de sus cucuruchos y tarrinas, Kalúa ha hecho de la abundancia su sello particular. Sus helados, a partir de 4 euros, combinan sabores reconocibles con otros menos comunes, y se han convertido en una parada habitual para quienes buscan un helado contundente sin renunciar a la elaboración artesanal.
Colosso, la novedad de Chamberí
Entre las incorporaciones recientes destaca Colosso, abierta hace pocas semanas en Chamberí. Su propuesta se centra en el uso de productos de temporada y en una inspiración mediterránea que busca sorprender. Tienen sambayón, tramontana o super dulce de leche, sabores típicos de Argentina. El precio mínimo es de 3 euros.
Cada una de estas heladerías refleja una manera distinta de entender el helado, desde la fidelidad a las recetas clásicas hasta la exploración de fórmulas nuevas que responden a sensibilidades actuales. Todas, sin embargo, muestran que el helado artesanal sigue siendo una parte esencial del verano madrileño y una forma sencilla de hacer más llevadero el calor.