Joven australiano se autoproclama presidente en un territorio sin reclamar entre Croacia y Serbia y funda una nación digital
En mayo de 2019, el joven australiano Daniel Jackson viajó a Gornja Siga, un pequeño territorio de 0,5 kilómetros cuadrados ubicado en la ribera del Danubio, donde se autoproclamó presidente y fundó la República Libre de Verdis. Durante su visita, presentó una bandera azul y blanca, además de redactar la primera constitución de la micronación.
Este territorio quedó fuera de la administración de Croacia y Serbia tras la disolución de Yugoslavia. Por esa razón, algunas personas lo consideran una terra nullius, es decir, una “tierra de nadie”. El proyecto de Jackson propone un modelo ecológico con gestión digital, lo que atrajo rápidamente la atención internacional y generó numerosas solicitudes de ciudadanía virtual.
¿Qué motivó a Daniel Jackson a crear Verdis y cuál es su situación legal actual?
Desde los 14 años, Jackson mostró interés por la geopolítica y las micronaciones. Tras investigar sobre territorios no reclamados, eligió Gornja Siga con la intención de establecer un país independiente basado en principios ecológicos y digitales. Lo que comenzó como una propuesta simbólica, pronto se transformó en un proyecto con aspiraciones reales.
No obstante, el control territorial fue limitado. En octubre de 2023, la policía croata lo detuvo y expulsó, además de prohibirle el ingreso de por vida. Por su parte, Serbia mantiene una postura neutral y tampoco reconoce a Verdis, lo que ha llevado a Jackson a continuar con su proyecto desde el extranjero como un “gobierno en el exilio”.
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¿Cómo funciona hoy la República Libre de Verdis y cuál es el rol de su ciudadanía digital?
Actualmente, Verdis opera casi exclusivamente en el entorno digital. Personas de diversas partes del mundo participan en debates, votaciones y proyectos colectivos, a pesar de que la mayoría no ha visitado el territorio.
Jackson emite pasaportes y documentos con valor simbólico, pero sin reconocimiento internacional. Más de 15.000 personas se han unido al proyecto y alrededor de 400 han sido formalmente aceptadas como ciudadanas. El joven busca mantener activa la comunidad y, eventualmente, regresar para convocar elecciones democráticas. Incluso ha expresado su disposición a ceder la presidencia a otra persona si así lo decide la ciudadanía.