Diego García-Sayán: “La DBA opina barbaridades sin haberse informado”
En la última edición de la Feria del Libro de Lima, el reconocido abogado y columnista de La República Diego García-Sayán presentó su último libro: Derecho en tensión (Fondo Editorial PUCP). En esta publicación, García-Sayán reúne artículos en los que, partiendo del derecho, enhebra un diálogo con temas históricos y actuales de la vida democrática, y no solo la referida a la realidad peruana. Desde el momento que se acordó esta entrevista, hasta su realización, muchas cosas relacionadas a la temática del libro pasaron en poco tiempo, como la amnistía de Dina Boluarte a policías y militares acusados de violaciones a los derechos humanos. ¿Borrado de la historia? ¿Petardeo al registro de la CVR? ¿Qué hay detrás de este escenario? La República conversó con Diego García Sayán.
-En Derecho en tensión, tenemos un capítulo dedicado a la experiencia de la Comisión de la Verdad. Tras, por ejemplo, la reciente amnistía dada por la presidenta y apoyada por el Congreso, resulta indudable que hay un retroceso.
-Cuando surge la idea de con Valentín Paniagua de crear una comisión de la verdad, la pregunta que nos hicimos con Valentín era cuál será el sentimiento del país.
Hagamos no solamente una encuesta, sino debates con las comunidades locales a ver qué cosas piensan. Entonces, conseguimos un fondo internacional para traer al Perú como invitados a las personas que habían conducido otras comisiones de la verdad en Argentina, Chile, Centroamérica, en los años anteriores, para que contaran su experiencia en Huancayo, en Ayacucho, en Cajamarca, en Cerro de Pasco. Y lo que encontramos fue un sentimiento unánime a favor de que eso había que hacer, un sentimiento unánime de que ese era un espacio que la gente quería para poder contar su experiencia, su sufrimiento, su dolor y que haya alguien que los escuche. Entonces, la Comisión de la Verdad fue una inmensa catarsis. Los testimonios que ahí se recogieron por miles están todos disponibles en el Lugar de la Memoria, por eso el LUM es un sitio tan apetecido por las mentes cavernarias que han querido intervenir ahí o ridiculizar el LUM como si fuera un homenaje al terrorismo. Ahí está la memoria del Perú, está archivada, está disponible para quien quiera conocerla, y es una historia de opresión, de sufrimiento, pero también de reacción y de comunidades que han sabido salir adelante.
-Una historia de dolor que se está borrando.
-Muchos hijos e hijas esperan que se haga justicia contra criminales como aquellos que en la base naval de Huanta, en Ayacucho, al que pasaba por ahí a averiguar algo, simplemente lo desaparecían y lo mataban. Era el pan de cada día en ese escondrijo del crimen. Entonces, todas esas cosas han salido en estas reuniones que han sido, creo yo, uno de los procesos de expresión democrática más importantes en el Perú en las últimas décadas. Todas las asambleas que había a lo largo y ancho del Perú con la CVR era para escuchar algo que está disponible, las grabaciones están en el Lugar de Memoria. Espero que el Ministerio de Cultura no las desaparezca y no las destruya, porque eso es una pieza que vale oro y que es la historia viva del Perú a través de la ciudadanía. No hay ahí un historiador, un Jorge Basadre, un José Antonio del Busto que lo haya sistematizado, eso está en el informe de la CVR, pero todos esos testimonios espectaculares están ahí y creo que sería muy bueno que esa llamada DBA, que es tan extremista, tan ignorante y tan desconocedora del Perú, calle un poco la boca y escuche sus testimonios.
-La CVR es clara en su discurso, pero ¿crees que ha faltado una mejor comunicación? Por ejemplo, la DBA e incluso la derecha suelen decir que los policías y militares no están representados y que se victimiza a los terroristas.
-Por supuesto. El Ejército ha publicado su informe de la verdad también. Es un documento que ha pasado desapercibido, que es tremendamente importante, porque, entre otras cosas, mencionan la discriminación étnica que determinados destacamentos del ejército tenían contra la población andina en esos años. O sea, es un testimonio valiosísimo que ha pasado desapercibido y es cierto la CVR fue de alguna manera satanizada por los extremistas de derecha, como si fuera una especie de testimonio de las ONG. Yo creo que la CVR probablemente no supo comunicar adecuadamente sus resultados y fue básicamente percibida como una elaboración intelectual de sus miembros que sacaban una serie de conclusiones y recomendaciones. Cierto, eso es parte de la realidad. Pero esas conclusiones y recomendaciones salían de miles de testimonios y de vivencias expresadas que están en los centenares de páginas de la CVR que muy poca gente ha leído, pero que debieran ser parte de una comunicación sistemática a la población.
-¿Qué pasó después?
-Cuandoterminan esos años de la transición, viene una especie de ola más bien oscurantista. Todo lo que olía a CVR, a revisión, a derechos humanos, no gozó de simpatías mayores por los gobiernos que siguieron, como el de Kuczynski o el de ahora, para poner los dos extremos.Quien critica a la CVR está, por supuesto, en su derecho, pero lo primero que tienen que hacer es informarse de qué cosageneró esa comisión, dónde están esos testimonios y protegerlos, y asegurar que el Ministerio de Cultura saque lagarradel LUM y lo respete, lo promueva y vea que ahí está la memoria del Perú, del sufrimiento de millones de personas. La DBA opina barbaridades sin haberse informado.
-¿La amnistía de Boluarte es uno de los mayores golpes a la CVR?
-Bueno, ha habido varias de esta naturaleza y por cierto una amnistía no es algo con lo cual alguien puede estar genéricamente en contra, pero sí uno puede estar en contra de que no se haya investigado, de que no se haya sancionado. Miremos lo que se está haciéndose en Colombia. Oficiales del ejército están reconociendo sus responsabilidades y de ahí no se van a la cárcel. Son materia de un debate público, de críticas públicas, y la sociedad aprende con eso. Yo creo que eso es algo que tendríamos que ver de cerca, no tenemos que mirar a Suecia o a Noruega, sino ver que, en Colombia, en la justicia transicional, hay exdirigentes de las FARC que están reconociendo sus responsabilidades y la sociedad está aprendiendo con ellos y ahí hay una pieza de reconciliación a la que se está contribuyendo. En el Perú parecería que eso no debía haber ocurrido y han pasado cosas horrendas, sin investigación, sin sanción, y sale una amnistía como esta entre gallos y medianoche, proveniente de un gobierno y un parlamento de los que menos legitimidad ha tenido en la historia republicana, un pacto corrupto en donde es el crimen organizado el que ha tomado control del Ejecutivo y del Legislativo.
-En este escenario, ¿qué le queda al Derecho como tal: resistir?
-Sí, por eso hay instancias internacionales. Si se da una amnistía que viola todos los principios, esa amnistía no tiene valor internacional. Y si viene un régimen democrático después, tendrá en cuenta que esa amnistía no vale. Esa amnistía confronta estándares básicos del derecho internacional, del cual el Perú es parte. No es un derecho extranjero. Ha sido construido con el voto, las firmas y la aprobación de los países que son parte del sistema interamericano. Hace unos días escribí aquí en La República cómo fue el tratado internacional con China en 1874, cuando Perú empezó a revisar las atrocidades que se estaban cometiendo contra los chinos en el Perú. Muchos eran colgados con cadenas, maltratados con clavos en los pies. Estas comisiones mixtas chino-peruanas fueron levantando actas que están disponibles en la Biblioteca Nacional y en la Cancillería, que dan cuenta de un horror en donde solamente un tratado internacional pudo permitir que ese horror se conociera. De manera que tenemos en Perú, no diría un currículum, sino un prontuario como país en el que se han cometido atrocidades, en donde han sido los eslabones internacionales lo que ha permitido conocer esas atrocidades y pararlas.
-El título del libro es preciso para entender este contexto. A saber, fue inaudito que durante mucho tiempo no se sepa quién estaba a cargo de la Fiscalía de la Nación. Se tuvo la sensación de que cualquiera podía hacer lo que le diera la gana con el Derecho.
-El título del libro fue una propuesta muy inteligente del Fondo Editorial PUCP. El derecho existe, pero está en tensión por poderes absolutos que quieren mutilarlo, anularlo. Y es clave para satisfacción no de abogados y de juristas, sino de una sociedad que ve cómo se desmadejan las herramientas para hacer que el Derecho funcione.
-Es como si la corrupción estuviese en el mismo Derecho.
-Por supuesto. Y por eso la independencia judicial no es un valor filosófico abstracto que concierne a jueces o abogados, sino que concierne a toda la ciudadanía para que los fiscales y los jueces funcionen de acuerdo con sus responsabilidades y obligaciones. Y por eso es que ha sido ya durante la gestión del pacto corrupto tan tensa la dinámica con la Junta Nacional de Justicia. Porque justamente quien designa a los jueces y juezas, quien evalúa a los jueces y juezas, es donde está el verdadero poder de un sistema democrático. Y si eso es atacado como ha sido, de manera sistemática, durante estos años donde no ha habido una voz dentro del gobierno de Dina Boluarte para parar eso, quiere decir que tenemos una ofensiva muy seria para poner en tensión el Derecho, para arrasar con la independencia judicial, que es algo esencial para la comunidad nacional, que los jueces resuelvan conforme a la ley.
-Una de las críticas más recurrentes que te hacen, es que avalas la liberación de terroristas.
-Cuando fui ministro de Justicia, todas las personas liberadas fueron inocentes, debidamente calificadas por la comisión del padre Lanssiers en base a una ley que había dictado y aplicado Fujimori para liberar a inocentes injustamente condenados. Hay que ver las cifras para que las personas que dicen esa tontería vean lo equivocadas que están. La cantidad de personas inocentes que habían sido condenadas como terroristas liberadas fue muchísimo mayor durante el gobierno de Fujimori que durante el gobierno de Valentín Paniagua. Esa es la verdad, de manera que lo que está ahí la herida respirando no es el tema de liberación de terroristas, sino la transición a la democracia que hizo que la corrupción de Fujimori y de Montesinos terminara con procesos judiciales, con Fujimori finalmente encarcelado y condenado. Esa es la madre del cordero.