Saprissa adopta el modelo de Jafet: poca paciencia y un ‘eterno’ emergente
Durante años, en Saprissa se preciaron de manejar con calma los cambios de entrenador, una decisión que en otros clubes toman de forma atropellada después de las 10 de la noche, con el propio técnico dando la conferencia de prensa y los aficionados pateando portones tras alguna derrota.
La dinámica de este mercado terminó imponiéndose y los morados se convirtieron en otro equipo de gatillo fácil, donde no hay tiempo para desarrollar procesos y solo cuenta la realidad escrita en los últimos 90 minutos.
El Sir Alex Ferguson de Saprissa, feliz y agradecido por el regreso
Paulo Wanchope cayó víctima de una industria donde cada vez hay menos tiempo para analizar y decidir. Cuatro presentaciones deficientes resultaron demasiado; el propio Erick Lonis lo adelantó hace poco: en Saprissa pueden hacer dos partidos malos, pero tres ya no.
El calendario también se confabuló en contra, pues fueron cuatro salidas consecutivas, sin posibilidad de buscar consuelo en casa, donde por lo general todo es más fácil. Primero, llegó la insípida victoria en Belice, cuando los morados terminaron pidiendo la hora (sí, contra el mismo Verdes al que Cartaginés le metió ocho goles). Después, sucedió la estrepitosa caída en el Fello Meza, así como un trabajoso empate en Liberia y la gota que colmó el jarrón fue la derrota en Panamá.
Desde el punto de vista numérico, la situación todavía no era crítica. En Copa Centroamericana, Chope los dejó a una victoria de clasificar y, en el Apertura 2025, al momento de la destitución estaban a solo un punto del líder.
Sin embargo, el equipo se veía inconexo, fácil de vulnerar por los rivales y carente de ese conejo milagroso que los entrenadores se sacan del sombrero para resolver partidos indescifrables.
Saprissa activó la guillotina con tal premura que al nuevo técnico, Vladimir Quesada, no le dio tiempo ni de dirigir un entrenamiento antes del debut con Sporting: hubo una charla en la mañana y a jugar “de memoria”. Así es el fútbol actual, los entrenadores rotan a la velocidad de las bandejas de comida rápida en un food court.
Como no hay tiempo para la curva de aprendizaje, los morados recurrieron a un hombre de la casa, un eterno reemplazo que, al ser planilla del equipo, siguió vinculado a la liga menor tras su última destitución. Este modelo recuerda al Club Sport Herediano, donde todo ocurre de manera similar: las cabezas ruedan con prontitud y Jafet Soto siempre está dispuesto a dejar la oficina y dirigir la práctica.
No se puede culpar a la dirigencia de Saprissa de actuar con tal celeridad. Al ritmo que se juega el campeonato, basta una seguidilla de malos resultados para perderle el pulso a la zona de clasificación, o en un caso como los tibaseños, a la posibilidad de terminar de primeros, con todo el valor agregado que conlleva. Y en Centroamérica, quedarse en el corte de la primera ronda sería una mancha en un grupo donde llegaron con el rótulo de favoritos.
En el pulso entre la paciencia y la urgencia, se está imponiendo la escuela de Jafet, donde no hay mucho tiempo para reflexionar y la rendición de cuentas del entrenador se hace con la turba asediando. Hay que decidir a la carrera, porque el famoso meme de la puerta de TDMás ya anda merodeando por las redes sociales.