Aunque está en la edad de disfrutar de la jubilación, Lui s (73), continúa al pie del cañón en su cafetería. Según él, el trabajo le da vida. Por esa razón asegura no tener tiempo para el amor, «solo para echar algún desahogo». Y es que además de vigoroso, presume de ser un ligón. De hecho, acudió a 'First Dates ' «solo porque me encanta el programa, yo voy a cualquier discoteca y al día siguiente ya tengo a dos o tres». Al describir a su prototipo, Luis no puso muchas exigencias; salvo que le atraen las mujeres humildes y trabajadoras. «¿Qué vas a pedir más a estas alturas? Si fuese Julio Iglesia s, Bill Gates o Amancio Ortega …», apuntó. Su cita fue Maricruz (77), una comercial jubilada natural de Palencia que se definió como una persona que siempre ha sido «activa y muy trabajadora». En el presente su ritmo ha cambiado, ahora va por la vida más despacio. Y ese detalle echó para atrás al empresario. «Nada más verla entrar y andar ya se que no es para mi. Me hace falta una mujer con más energía», determinó. Por parte de ella la primera impresión no resultó mucho mejor. «Físicamente no me gusta, es calvo… No le veo ningún encanto. Soy una tiquismiquis», sentenció en los totales. Los manchegos se sentaron a cenar sin ninguna clase de expectativa en que el encuentro acabara en una segunda cita, y no se equivocaron. Hasta que conoció a Maricruz, lo único que Luis conocía de Palencia era una sala de baile, una afición que prefiere mil veces al gimnasio. «Es terapia. Me ha gustado más que hacer el desahogo, fíjate», confesó. Pero su acompañante hoy por hoy prefiere dedicar su tiempo a actividades más tranquilas. En el aspecto amoroso tampoco llegaron a coincidir. Ninguno ha tenido suerte en las relaciones, si bien por motivos muy distintos. En el caso de Luis porque no le ha dado tiempo. «He tenido alguna amiga…», dejó caer. Saberlo solo empeoró la imagen que su cita se había hecho de él, explicando ante el equipo que «en el trato personal no he encontrado algo positivo». A continuación, cuando parecía que la velada acabaría sin pena ni gloria, los comensales se pegaron un gran susto. Sobre todo Maricruz . La jubilada se atragantó con el agua mientras cenaba y casi se ahoga. «Joder, llama a una ambulancia rápido», pidió su acompañante en tono de broma. Además, por si acaso, se ofreció a hacerle el boca a boca. Afortunadamente no pasó de ahí, y de hecho pudieron acabar la cita echándose un baile en el reservado de 'First Dates' antes de irse cada uno por su lado en la decisión final.
