¿Sirve el bicarbonato de sodio para dejar de fumar? Esto dice la ciencia y un neumólogo lo aclara
LO FALSO
- Consumir dos cucharadas de bicarbonato de sodio diluidas en agua ayuda a controlar la ansiedad por fumar.
LO VERDADERO
- No hay evidencia científica que respalde el uso de bicarbonato de sodio para dejar de fumar
- Consumir dos cucharadas de bicarbonato diluido en agua puede ser perjudicial para la salud, ya que podría causar efectos adversos como arritmias, paro cardíaco, debilidad muscular, calambres, convulsiones, problemas renales y riesgos cardiovasculares.
Fumar tabaco continúa siendo uno de los principales problemas de salud pública en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren más de 8 millones de personas a causa de este hábito. De acuerdo con el Instituto Nacional del cáncer de Estados Unidos, la nicotina, sustancia altamente adictiva presente en los cigarrillos, dificulta que quienes deseen dejar de fumar lo logren en sus primeros intentos, pese a conocer los riesgos comprobados: enfermedades cardiovasculares, respiratorios y distintos tipos de cáncer.
Ante esta situación, muchas personas recurren a diferentes métodos para dejar de fumar, incluidos algunos remedios caseros sin sustento científico. Uno de los más difundidos en redes sociales es el uso de bicarbonato de sodio. En Facebook circuló la afirmación de que consumir dos cucharadas de bicarbonato diluidas en un vaso de agua ayuda a controlar la ansiedad por fumar. Sin embargo, esta creencia no tiene respaldo científico y su consumo prolongado puede ocasionar efectos perjudiciales para la salud.
No hay evidencia científica que respalde el uso de bicarbonato de sodio para dejar de fumar
Según la doctora Fiorella Marina Vicuña Serdio, médica neumóloga de la Universidad Científica del Sur, existen pocos estudios sobre el uso del bicarbonato de sodio en relación con el tabaquismo y “son investigaciones bastante antiguas”. Uno de ellos es Urinary Alkalinization and Smoking Cessation, publicado en 1983, en el que participaron 72 personas. El estudio mostró que el consumo diario de bicarbonato de sodio (3.900 mg) elevó el pH urinario y contribuyó a reducir la cantidad de cigarrillos fumados a corto plazo, en comparación con un grupo control. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en la proporción de las personas que dejaron el consumo del tabaco por completo.
"Entonces, si nosotros no tenemos una evidencia o un respaldo científico, no podemos recomendar algo. No solo se trata de estudios muy antiguos, sino que tampoco ofrecen resultados contundentes", señaló Vicuña.
¿Qué efectos puede tener el consumo frecuente de dos cucharadas de bicarbonato de sodio?
De acuerdo con una publicación difundida en Facebook, para controlar la ansiedad por fumar se recomienda consumir dos cucharadas de bicarbonato de sodio disueltas en agua cada vez que aparezca el deseo de encender un cigarro. Sin embargo, la médica neumóloga Fiorella Marina Vicuña Serdio advirtió que esta práctica puede ser peligrosa para la salud.
“Eso tiene una amplia lista de efectos adversos: riesgos cardiovasculares, riesgo de arritmia, paro cardíaco, debilidad muscular, calambres, convulsiones y problemas renales”, precisó. Además, alertó que incluso una sola cucharada al día ya representa un riesgo: “Esos efectos adversos ya han sido demostrados con el consumo diario de una sola cucharada. O sea, imagínate dos”.
La especialista también enfatizó que los riesgos aumentan en personas con enfermedades preexistentes. “Estamos hablando de un paciente sano; imagina lo que puede pasar con alguien que tenga comorbilidades, insuficiencia renal o problemas cardíacos. Puedes agravar las enfermedades crónicas de fondo”, advirtió.
Conclusión:
En conclusión, el uso de bicarbonato de sodio como método para dejar de fumar no solo carece de respaldo científico, sino que además representa un riesgo para la salud, especialmente en personas con enfermedades preexistentes.
De acuerdo con la doctora Fiorella Vicuña, el bicarbonato de sodio no es un método recomendable para dejar de fumar. En su lugar, sugiere acudir a un médico especializado que pueda ofrecer un tratamiento respaldado por evidencia científica, como el que propone la Guía de Tratamiento Clínico de la OMS para el abandono del tabaco en adultos, la cual recomienda intervenciones psicológicas, farmacológicas o una combinación de ambas.