‘Muerta de hambre’: Jalé Berahimi recordó sus polémicas y reveló lo que más le duele de esa etapa
Los cambios personales de Jalé Berahimi no han lastrado su peculiar forma de ser. Por eso, escucharla hablar de su renovada versión genera cierto shock.
Su característico tono de voz nasal, algo raspado, hace imposible que la mente no se dirija a aquel “muerta de hambre” que, desde 2016, quedó inmortalizado en el inconsciente colectivo, como el quizá más espontáneo y saboreado insulto que se haya soltado en vivo en Costa Rica.
Sin embargo, la actualidad de sus palabras ya no encuentra resonancia en las controversias. La prueba más sólida de que Jalé dejó atrás esos tiempos es su total apertura para mirar atrás y reconocer con serenidad sus errores.
No se necesitó del hostigante micrófono perseguidor de Intrusos. Es más, ni siquiera hubo que mencionarle ninguno de los episodios bochornosos que protagonizó. Ella misma, dejando saber la introspección que ha hecho sobre su pasado, confiesa sin miramientos que su paso por la televisión estuvo marcado por la inmadurez.
Tampoco se flagela. Sabe que ella jugó con las cartas que le repartió el contexto y que, en esa línea, fue una pieza más de una escena televisiva cuyas características probablemente no vuelvan a repetirse.
“No podemos compararnos con un país, como, digamos, México, que ya tiene más costumbre a eso. El tico es un poco más sensible y, sinceramente, pensándolo bien, la Jalé de ahora, con sus 40 años, no hubiera dicho muchas de las cosas que dije anteriormente“, explicó la expresentadora.
“Creo que fue por inmadurez, el formato del programa, el papel que uno tenía y que yo lo veía como trabajo. Pero si vos me preguntás, hubiera evitado varias cositas”, añadió.
Esas “cositas” representan una larga lista que puede variar según el recuerdo de cada quién. De lo que no hay dudas es que hay dos momentos icónicos que no pueden faltar.
En orden cronológico: el “¿A usted qué le importa?”, que le espetó con dureza el locutor Jair Cruz en 2010, y el “Muerta de hambre” que ella le propinó a Mariana Loranca, su compañera en Intrusos, en 2016.
“Me río porque que han pasado tantos años, que más bien me hace gracia que todavía la gente haga chota de cualquier cosa que yo haya dicho o haya hecho en el pasado. Y no me pasa solo a mí, le pasa a un montón de personas. Al tico le fascina chotear”, apuntó Berahimi.
“Yo digo que Costa Rica es una finca. Pero ¿qué pasa? Hay algo que llama la atención y a los tres días pasa de moda, porque sale algo nuevo”, añadió.
Esta última aseveración no aplica para todo. Hay más de un burumbún condenado a hacer eco por siempre... y eso lo sabe Jalé mejor que nadie.
Aunque desde hace años, la conductora tiene hecha una coraza contra las críticas, esta no ha sido la misma realidad de su familia. Confiesa que quien más sufrió fue su padre, Mahmood Berahimi, quien es de origen iraní y llegó a Costa Rica, junto a ella, en 1994, proveniente de Dubái.
“Mami estaba más relajada, como ella es más latina. Pero mi papá, que es musulmán, le afectaba mucho. A pesar de ser todo serio, me preguntaba si estaba bien. Cuando pasaban esas cosas y comentarios de la gente, lo que a mí más me preocupaba era mi familia”, relató la empresaria.
“Yo soy la que estoy en televisión, la que tengo mi vida expuesta, la que estoy acostumbrada a que me tiren; mi familia no. Entonces, eso sí es lo que más duele. Y ahora, con mi hija, me duele aún más; pero esperemos que no pase nada así”, concluyó.
‘¿A usted qué le importa?’
No hay mes en el que algún mensaje, posteo o entrevista no la haga recordar su rifirrafe con Cruz. Y no es para menos: fue uno de los intercambios más tensos de nuestra televisión y uno de los primeros videos con sello tico en ganarse el título de “viral”.
En esta famosa cápsula del programa farandulero, Berahimi abordó de total imprevisto al entonces locutor de Los 40 principales, en un receso de un evento. La pregunta fue una daga que entró sin la más mínima anticipación: “¿Cómo le fue con la vasectomía?“.
Jair apenas acató a responder que no se había realizado la operación y con visible incomodidad pedió que, por favor, no lo interrumpieran.
Pero Intrusos, fundado tan solo un año atrás, había irrumpido en el país con la promesa de sacudir la programación habitual; Jalé tenía esa visión clara y poco miedo para transgredir los límites.
Fue así que persistió, incisiva, en su cuestionamiento sobre cuándo el locutor pasaría por el quirófano, hasta conseguir la anhelada escena. Jair Cruz picó el anzuelo y, rebasado por la situación, soltó al recordada frase: “¿A usted qué le importa?”, sumado a otros comentarios pasados de tono.
La entrevista, que actualmente provoca risas, llegó a reunir a más de 40.000 usuarios de Facebook en una página que pedía con fervor el cierre del programa, de lo cual llegó a hacer eco la plataforma iReport de la prestigiosa cadena CNN.
Años después, la vida cruzó a ambos comunicadores en Teletica, donde Jair fue “un caballero”, según afirma la exconductora y se acercó a ella para ofrecerle sus disculpas. Desde entonces, decidieron “llevar la fiesta de paz”.
‘No conoce ni Europa, me dice esta muerta de hambre’
Curiosamente, esa limada de asperezas ocurrió unas semanas después de que Jalé protagonizara un encontronazo al aire con Mariana Loranca, que refleja a la perfección lo volátil que era el ambiente del set de Intrusos.
Loranca estaba defendiendo, con tranquilidad, que viajar sin compañía es una experiencia grata y aseveró que años atrás había visitado Europa sola. Berahimi lanzó el primer dardo, diciéndole que para ese momento “nadie le quería hablar”.
Mariana se desencajó y de revés, golpeó el orgullo de Jalé al afirmar que esta seguramente no conocía el Viejo Continente. “Nací en Europa, mi amor”, contestó con tono soberbio Berahimi, quien, en efecto, vino al mundo en España.
Todo escaló de 0 a 100 en cuestión de segundos, y en lugar de apaciguar las aguas, la presentadora terminó de incendiar la conversación exclamando: “No conoce ni Europa, me dice esta muerta de hambre”.
Recordando ese sonado episodio Jalé comentó: “Fue un momento de no controlar la ira. Pero Mari y yo, ese mismo día, terminó el programa y hablamos. Le dije: ‘Creo que me pasé diciéndote eso’, y ella: ‘Sí, yo tampoco tuve que decir lo que le dije. La gente nunca, nunca lo va a olvidar. Ahora todo el mundo se ríe... es que yo no tengo filtro”.
“No estuvo bien. Vamos a lo mismo, son inmadureces. Ahora uno más bien se mide; puedo tener mucha cólera, pero me controlo”, puntualizó.