Recuerdos de una librería: “Encuentros en el Virrey de Lima”
El pasado miércoles 1, en la tarde noche, empezó a circular una serie de videos en redes sociales que daban cuenta de la salida de sus instalaciones de lo que para muchos fue, durante no pocos años, la librería El Virrey de Lima (incluso así se la conocía hasta cuando dejó de llamarse con estas señas que son en la actualidad una marca cultural a razón de la histórica librería El Virrey (antes en San Isidro, hoy en Miraflores), fundada en 1973). Esta librería, que empezó a funcionar desde mediados de los 90, se hallaba en el pasaje Nicolás de Ribera, justo a la espalda de la Municipalidad de Lima.
La salida ya estaba pactada desde hace 6 meses, de acuerdo con nuestras fuentes. No fue una retirada violenta, pero sí estuvo muy vigilada por efectivos del orden. Al respecto, hay dos versiones que justifican su salida: el retraso en la mensualidad del alquiler y el hecho de que la MML pretende darle un uso más efectivo, comercialmente hablando.
Quienes hemos ido a esta librería hemos sido testigos de que fue el único negocio que resistió tiempos recios. En ese pasaje ha habido inauguraciones de restaurantes, galerías de arte, salones de belleza y cafés, que al cabo de no mucho tiempo se retiraban porque no rendían económicamente pese a estar en un lugar tremendamente atractivo. Bajo ese contexto, esta librería resistió hasta donde pudo.
Es penoso. En el circuito del centro de Lima no hay una librería de estas características (con criterio en su catálogo y dueña de un diseño que la hacía prácticamente bella), sin dejar de reconocer la tradición de librerías de viejo que aún podemos ver en Quilca y alrededores.
El pico cultural
En enero de 2015, la librera y lectora Carola Sanseviero me comentó que deseaba dinamizar la librería y yo le propuse realizar un ciclo de charlas literarias a razón de dos viernes por mes. Me dio la total libertad de armar un programa cultural basado solamente en la calidad literaria y la pluralidad. Este ciclo se llamó Encuentros en el Virrey de Lima y duró dos años de manera ininterrumpida.
Hago memoria y no recuerdo otra etapa, en la historia de esta librería, en donde la cultura no haya estado condicionada por el entusiasmo y eso pasó porque quienes sacamos adelante ese ciclo creíamos en la importancia de las actividades culturales, cuyo objetivo era abrir un diálogo con el público. Si iba o no mucha gente, si se vendía o no durante las charlas, no fueron factores de importancia porque la cultura va más allá de los chibilines, sin dejar de reconocer la importancia de los mismos.
En esos dos años, se llegó a tener más de 40 autores entre canónicos, con proyección y en ciernes. No pocos autores jóvenes invitados, a saber, hoy son voces medulares y no solo en el imaginario peruano. Muchas de esas charlas, se hicieron en jornadas en donde la plaza Mayor estaba cerrada (coordinábamos el ingreso del público con la policía) debido a las protestas (la pesadilla de los negocios del centro histórico) y los cierres intempestivos a cuenta de alguna actividad en Palacio de Gobierno.
Veamos algunos nombres que pasaron en esos dos años: Fernando Ampuero, Miguel Gutiérrez, Renato Cisneros, María José Caro, Karina Pacheco, Julio Villanueva Chang, Teresa Ruiz Rosa, Susanne Noltenius, Ulises Gutiérrez, Enrique Sánchez Hernani, Paul Forsyth, Teresa Orbegoso, Juan Manuel Robles, Victoria Guerrero, Pedro Novoa, Carlos Arámbulo, José Carlos Yrigoyen, Rossana Díaz Costa, Orlando Mazeyra, Martín Roldán, Oswaldo Reynoso, Alfredo Pita, Guillermo Niño de Guzmán, Roger Santiváñez, Richard Parra y Marco García Falcón. De cerca y de lejos, puro crack.
Si las actividades culturales dan dinero o no, es relativo. Si dan plata como cancha, bien; si en caso no, no se acaba el mundo. El objetivo de las actividades culturales es construir memoria, motivar el debate y ensanchar la visión de la vida. Esperamos que la MML no ponga ahí un restaurante. Aparte de verse pésimo, el alcalde Rafael López Aliaga estaría demostrando que la lectura no le interesa en lo más mínimo y que su idea de lo que es cultura no dista de la que tiene la presidenta Dina Boluarte.