Добавить новость
smi24.net
World News in Spanish
Октябрь
2025
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

Cuando el paisaje se vuelve espejo: Chini.png y las huellas de “Vía Lo Orozco”

0

El recuerdo quedó plasmado en una fotografía. Durante su infancia en una de las rutas que conecta Quilpué y Villa Alemana, María José Ayarza construyó, con ayuda de su papá, una pequeña máquina del tiempo. El artefacto, ensamblado sobre una caja de zapatos con botones y palancas coloridas, tenía un objetivo tan complejo como sencillo.

Le pedí que me sacara una foto para poder verla en el futuro“, recordó María José entre risas. “Mi sueño era mirarla y, si mi máquina funcionaba, viajar en ese momento y asustarme a mí misma con un ‘llegué’. Eso no ha pasado, pero sí creo que hay una suerte de magia en la autopreservación“.

Este 2025, varios años después y ya habiendo adoptado el pseudónimo de Chini.png para firmar su música, esa imagen sería la escogida para ilustrar “Vía Lo Orozco“. El segundo disco de larga duración de la artista que, a través de una energética búsqueda sonora y letras tan honestas como introspectivas, plantea un verdadero trabajo de arqueología que excava entre álbumes familiares, casetes viejos y registros en VHS para identificar allí las cosas que aún persisten de esa pequeña versión de sí misma.

Chini.png, artista chilena. Foto: Marcela González Guillén.

Para la mayoría de las personas que hacemos arte es como si todo el tiempo estuvieran quemándose capas de nosotros; estamos muriendo y renaciendo, cambiando”, definió en torno al proceso creativo que condujo a este proyecto, que se llegará a las plataformas digitales el 24 de octubre. “También siento que vivimos en un mundo muy hostil, que intenta todo el tiempo destruir a los artistas, que no existan, y cada cosa que uno trata de mostrar en el mundo al tiro recibe muchos peros. Por eso es que este espíritu de preservación es muy esperanzador. Lo que más me importa es que ojalá inspire a otras personas a mostrar algo de sí que sea único, que tengan ese valor de mostrarse a sí mismas”.

Una tarea que también fue de altos y bajos para Chini, especialmente al mirar en retrospectiva los días que sucedieron a las tardes de juegos en la cuesta de la Quinta Región. “Tanto en mi infancia como en mi adolescencia viví mucho bullying. Creo que Lo Orozco era un lugar fuera de eso, de mi educación en Santiago, que fue más cristiana. Primero estuve en un colegio de puras mujeres donde estaba muy definido qué era ser una niña, y se sentía sofocante, muy claustrofóbico. Y entonces, era una niña que no hablaba, nomás. Cada vez que lo hacía quedaba un poco la cagada, así que era mejor obedecer y ser lo que todos a mi alrededor esperaban de mí”, confidenció.

“Aun así, eso no sucedía. En el fondo, tenía un déficit atencional muy severo. A veces mi mamá me iba a dejar y se quedaba afuera porque sabía que la iban a llamar en 15 minutos para que me sacara porque la clase no se podía concentrar. Esto lo he conversado con el Simón Campusano —voz de Niños del Cerro y amigo de María José que integró su banda—. Ya más grandes, tuvimos profesores que en algún momento nos dijeron ‘¿por qué no te esfuerzas más si tú eres inteligente?’. Pero nosotros teníamos otros planes. En nuestras mentes íbamos a tocar guitarra hasta que nos muriéramos. E incapaces de entender, nos decían ‘es que es muy difícil que te vaya bien tocando guitarra’. Y de más, pero no me imaginaba haciendo otra cosa”, sumó sobre los agridulces de su experiencia escolar.

Ante ese choque de vivencias, la casa que compartía con su familia en Vía Lo Orozco se terminó configurando, poco a poco, en una memoria cálida. “Empecé a recordarlo a propósito de estar viajando mucho”, recapituló sobre la toma de conciencia en torno a la importancia que subyacía a este lugar. “Estos últimos dos años han sido los más nómades para mí. También estuve en una relación a distancia, así que pasaba moviéndome en buses. Ahí escribía todo, montaba, producía, trabajaba harto. Y me puse a pensar cuál fue el viaje que más me marcó o a qué me recordaba, para entender por qué estar en bus me parecía un lugar tan seguro“.

Esa conexión terminó hilando las diez canciones que forman parte de este larga duración, donde las cintas que guardaban los juegos con sus hermanos y los desencuentros con su mamá quedaron bordadas entre melodías que se mueven por sonoridades eclécticas y otras más reposadas que configuraron lo que la misma Chini define como un disco muy íntimo.

Hay grabaciones no solamente mías. Se escucha una donde no es que salga discutiendo con mi mamá, pero sí se nota que tenemos intereses muy distintos en ese momento. Ella me está tratando de probar un pantalón y viendo si me lo tiene que cambiar o no, y yo sólo quiero grabarla y que diga algo entretenido. Y me dice ‘pero camina bien'”, ejemplificó con un tono juguetón.

Chini.png. Foto: @paula.laland (vía Instagram).

En esa misma línea, explicó que “en Lo Orozco teníamos mucha más libertad. No había mucho que hacer y, por lo mismo, había todo que hacer. Todo lo podíamos inventar. Con mis hermanos jugábamos un montón. A quién tenía el arco que tiraba la flecha más lejos, quién construía la onda más bacán. Esas eran nuestras discusiones. E inventábamos personajes y arquetipos, cosas que, en realidad, son a lo que sigo jugando hasta ahora. Mis hermanos quizás lo dejaron en la infancia, pero yo todavía estoy en ese juego”.

Trozos de membranzas que se configuran como una invitación a pensar en la infancia de una forma diferente: “Como estamos en un mundo un poco adultocentrista, a veces uno no tiene conciencia de que los niños están haciendo sus proyectos y pensando sus ideas. También está la voz de Julián Zegers, el hijo de mi productor Arturo Zegers, que canta dos canciones. Le dijimos ‘improvisa, ¿qué te imaginas que sale en este disco?’, y dijo cosas muy interesantes. También sale la hija de mi pareja burlándose un poco en el contexto día del carabinero, cuando los disfrazan como de paquitos. Y ahí dijo ‘te meto a la cárcel’. Ha sido bacán reencontrarme con esa ternura e incluirlos a ellos, ver de qué forma van dando sentido a este hilo conductor“.

Pero igualmente hay una veta observadora que se hace cargo de revisar cómo las marcas de la infancia terminan condicionando partes tan relevantes en la vida adulta como las relaciones amorosas. “‘Manflorita’ —el primer adelanto de esta placa— habla de que cuando amamos a un otro, generalmente las partes en las que uno roza son choques de crianza. Venimos de lugares distintos o de familias donde son otras las prioridades. Por eso considero que la familia muchas veces es una suerte de reality fallido. Como que por ratos alguno de los personajes para tí están en capilla, después son tus mejores amigos, después tus enemigos, nunca más les hablas. Hay de todo. Y es algo de lo que se habla poco, porque también nuestros amigos muchas veces pasan a ocupar ese lugar”, repasó Chini.

El calor de las experiencias compartidas

Al margen de la introspección que caracteriza a “Vía Lo Orozco”, lo cierto es que la música de Chini.png despierta una tibieza sustentada en las emociones que afloran con el reconocimiento de las experiencias compartidas, y que igualmente sucedió tras la publicación de “El día libre de Polux“.

He sentido que este disco es todavía muy energético, pero ojalá que más esperanzador, porque creo que estoy en un momento distinto. Es un poco hacerme cargo de lo que estaba tratando de ocultar detrás de los disfraces, de los arquetipos, y que se vuelva una parte mía. Empezar a integrarme como persona en esto”, señaló sobre los símiles y diferencias entre ambos proyectos.

“No tanto por mí, sino para que ojalá le sirva a alguien para analizar su propia infancia y que cada uno, de alguna manera, conecte con esa energía. Siento que entre medio pasó la adolescencia y eso es una gran hecatombe que se lleva todos tus recuerdos”, añadió Chini.

En eso, las coincidencias entre mujeres y disidencias ocupan un rol central que para María José quedó evidenciada el pasado fin de semana con el éxito de Ruidosa Fest: “Mi mayor emoción fue ver a muchas niñas, muy pequeñas, que se sabían las letras o que andaban con una visera para que todas las artistas firmáramos. Es lindo sentirse parte. Creo que entre mujeres y disidencias, sin decirse mucho, siempre va a haber una suerte de complicidad. Sin que nosotras lo hablemos, yo puedo adivinar más o menos las luchas que tú has sufrido para estar sentada ahora acá conversando conmigo, y viceversa”.

Chini.png (vía Spotify).

“Esa complicidad viene de saber que son caminos compartidos. Es muy lindo sentirse conectado más allá del estilo musical. Y siento que el festival no pudo haber salido mejor. En el fondo, es un gran espaldarazo, una gran gauchada que hace Francisca Valenzuela en pos de que públicos compartidos conozcan proyectos que quizás están buenísimos pero no tienen la plataforma para dar a conocer su trabajo, por muy buenos que sean”, valoró la artista.

Sin embargo, y por fuera de los circuitos por los que suele moverse la escena independiente en Chile, todavía reconoce un dejo de misoginia en las lógicas de la industria: “Uno se expone en medios más mainstream. Me doy cuenta de que en algunos hay una crítica que, si bajas al subtexto, lo que en realidad les molesta es que una mujer esté ahí. Porque no importaba realmente cuál era el género que estuvieras representando. De alguna manera, a todas nos tocó uno o varios insultos. Y te da a entender que si bien yo estoy en un lugar seguro porque por lo general toco en un espacio donde va gente que le gusta mi música, basta con que asomara la cabeza para que la sociedad quiera decirte ‘no'”.

“En ese sentido, me interesa que si bien llevamos la fiesta en paz dentro de la escena donde yo estoy, igual pasan un montón de cosas que no me parecen. Siento que cuando aparece un proyecto de mujeres es medio ninguneado. Me ha tocado muchas veces estar en carteles donde son siete bandas de hombres y yo, y lamento que sea así. O sin ir más lejos, que entre hombres sigan tocando con grupos que abiertamente han cometido cosas que, francamente, son crímenes. Y que avalen ese tipo de conductas. Que teniendo el poder y la plataforma de la que nosotras carecemos no hagan un alto”, advirtió Chini.

Chini.png durante la pre-escucha de “Vía Lo Orozco” en la disquería Club de Fans (vía Instagram).

“También me llaman la atención las mujeres que hacen ese tipo de comentarios contra sus propias compañeras. Hoy leía un comentario que decía ‘Mon Laferte tiene las puntas muy partidas con ese pelo’. ¿Me estás hueveando? Mon Laferte, que está bañada en Grammys, acaba de terminar una temporada completa de cabaret a la que fue invitada. Me da mucha rabia. Más encima, acá vivió mucho clasismo y cosas muy horribles. Realmente, no creo que ella necesite una plataforma como el Festival Ruidosa. Más bien, ofrece su visibilidad para que otras mujeres tengan ese espacio. Ella podría dar una fecha sola y se llenaría igual, pero elige volver a su país, nos elige a nosotras, y con esa moneda le pagamos”, ejemplificó con el caso de la compositora radicada en México.

Una serie de observaciones que son parte de la honestidad con que enfrenta y transita el oficio artístico. Sobre la puesta en escena de “Vía Lo Orozco”, adelantó algunos detalles que marcarán un quiebre respecto a lo que fue el disco anterior. “Es una apuesta porque es más introspectivo que ‘El día libre de Polux’, pero a la vez realmente no esperaba nada del disco anterior. Las cosas que me entregó fueron muchas, y con eso ya me doy por pagada. La verdad es que esto es algo que quizás necesitaba hacer como parte de un proceso personal. Y feliz de compartirlo con quien quiera escucharlo. Ya no tengo mayor pretensión. He recibido mucho cariño por algo que podría haber sido tildado simplemente de estrafalario, así que agradezco mucho los espacios que se han dado, las puertas que se han ido abriendo, y si es hasta aquí, también estoy bien”, confidenció.

Estoy tratando de armar este disco como una suerte de obra de teatro, tratando de ampliarlo a lo que se conoce como un biodrama. Es decir, la dramatización de una biografía. Y si bien pudiera parecer narcisismo puro, lo que quiero es que cada uno conecte con su propia historia y con la dualidad de que a veces cambiamos dependiendo del lugar donde estemos. La idea es terminar integrándose y ser uno mismo en todos los lugares. Y creo que, al final, eso es ser un adulto”, cerró.

Fotografía de Chini.png durante su niñez (vía Instagram).















Музыкальные новости






















СМИ24.net — правдивые новости, непрерывно 24/7 на русском языке с ежеминутным обновлением *