La confianza de Italia en
Lorenzo Musetti duró apenas media hora. El tiempo que precisó
Carlos Alcaraz para enseñar a los 13.000 presentes en el Inalpi Arena de Turín y a todos aquellos millones de espectadores que se conectaron a través de los diferentes dispositivos que no habría milagro, que él impondría la tercera realidad de su excelente momento de forma, física y mental.
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