Lucía fue un bebé esperado. Primera hija y primera nieta. Cuando nació, en 2015, sus padres, José Prado y María Baselga , vieron su sueño hecho realidad. Su pequeña era una niña sana, feliz y hermosa «una auténtica muñeca» que no tardó en destacar en la guardería. «A los siete meses ya controlaba el pipí y a los once, empezó a andar. Nos dijeron que era excepcionalmente precoz», explica José en declaraciones a ABC. Nada hacía presagiar el golpe que, unos años después, les asestaría la vida . La pequeña endureció poco a poco su carácter y empezó a desobedecer a sus padres. «No era la Lucía de antes. No entendíamos nada», dice José. Con solo ocho años, y tras...
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