Seis meses después de asumir el cargo, el canciller alemán pasa por su momento más bajo de popularidad. Apenas una quinta parte de los alemanes aprueban su gestión. En las encuestas, su partido conservador (CDU) es superado por la formación de extrema derecha, antieuropea y prorrusa Alternativa para Alemania (AfD), aunque solamente por medio punto porcentual. Si bien Friedrich Merz lleva a cabo una intensa política exterior muy visible, de puertas adentro las reformas que prometió tardan en surtir efecto. El PIB alemán ha vuelto a estancarse en el tercer trimestre, después de retroceder un 0,2% en el segundo. Sectores enteros, como el del automóvil, sucumben a los precios de la energía, la burocracia y la falta de inversión. No...
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