Las comidas familiares navideñas despiertan una inevitable mezcla de emociones. El reencuentro con seres queridos crea un ambiente de complicidad y alegría , acompañada del aroma de los platos tradicionales, las luces del árbol o el recuerdo de las anécdotas compartidas. Sin embargo, también pueden aflorar sensaciones más complejas . Las ausencias se sienten con más intensidad, los temas delicados pueden generar tensión y las diferencias familiares a veces rompen la armonía del momento. Esa mezcla de risas, silencios y emociones contrapuestas convierte las cenas navideñas en un reflejo fiel de la vida misma. También existe pereza alrededor de las reuniones navideñas , aunque casi nadie lo admita en voz alta. Para muchas personas, después de varios compromisos seguidos, una nueva comida o cena familiar se percibe más como una obligación social que como un plan deseado . A esto se suma el desgaste de la organización (compras, cocina...), que muchas veces recae en las mismas personas año tras año y acaba generando agotamiento. En ocasiones, la pereza se refleja en la compañía en estos encuentros familiares. Las conversaciones cruzadas, ruido constante o las opiniones sobre temas sensibles pueden provocar incomodidad o saturación , contrario al objetivo inicial de estas comidas. Son muchas las personas que lo piensan, pero que no lo verbalizan , aunque sobre esto ha tratado uno de los últimos vídeos de Lucía Aranda, una psicóloga y creadora de contenido en redes sociales como TikTok . Esta psicóloga expresa en voz alta muchos de los pensamientos que afloran en la sociedad en torno a estos encuentros familiares. «Si es que me da muchísima pereza porque ahora me encuentro con gente que no suelo ver durante el resto del año y mi tía, por ejemplo, dice que si estás más gorda, más delgada, que si tu hermano tiene novia, que tú no...». Lucía Aranda se dirige a todas estas personas que acaban teniendo un sentimiento de culpabilidad por el desapego hacia la familia pese a que, en realidad, no tienen ganas . «Muchas veces sentir ansiedad, pereza, incluso rechazo ante planes familiares es completamente normal», manifiesta esta psicóloga en uno de sus últimos vídeos en TikTok, que habla alto y claro. «Si eres una persona que no suele ver a tu familia, que tienes una familia que te hace sentir muy juzgada, que hacen comentarios sobre el físico, comentarios muy inoportunos, evidentemente, claro que no tienes ganas de pasar tiempo con ellos, no por ellos, sino por las sensaciones que recibes estando con ellos». Por lo que, concluye, « no querer pasar un mal rato con ellos no te hace ser mala persona, te hace ser una persona que se está protegiendo de situaciones incómodas », reflexiona, un pensamiento con el que a buen seguro se identifican muchos.
