El uso de tarjetas de crédito y débito se ha normalizado hasta convertirse en el
método de pago habitual para millones de personas en España, en detrimento del dinero físico. Cajeros automáticos, comercios físicos y compras online forman parte del día a día, lo que ha hecho que la
seguridad bancaria sea una de las grandes preocupaciones actuales tanto para los usuarios como para las instituciones financieras.
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