Héctor Bellerín , jugador del Real Betis , es uno de los referentes del vestuario verdiblanco. Integrado como uno de los capitanes, el catalán es uno de los pocos supervivientes del éxito copero de 2022 y titular habitual en los planes de Manuel Pellegrini . El lateral, ya recuperado de una lesión muscular que le ha mantenido un mes fuera, repasa su mundo fuera del fútbol en una entrevista. «Soy una persona que cambia y aprende. Ahora te estoy contando esto, pero a lo mejor dentro de seis meses te digo que no me apetece pasar por mi casa. Yo no me encasillo, pero estamos a merced de esas manos negras de las redes que crean sus formas . Un día te toca y otro no. Intento distanciarme. Es ruido constante«, señala el defensa en una charla con El Mundo. «Están hechas para que las leas. Es como tener una relación sana con el tabaco o con el alcohol: no existe. Como me pille con la guardia un poco baja, me lo puedo comer con patatas y pasar un día horroroso. Pero centrado, casi ni lo utilizo. El 99,9% de interacciones que he tenido en la calle este año han sido positivas . Cuando entras y ves las barbaridades de ese infierno, dices «hostia, ¿esto es de verdad lo que la gente piensa de mí, o no?». Pero la realidad es distinta luego. Y lo real es lo que pasa un poquito más en las distancias cortas, en persona«, añade Bellerín. Y recuerda las situaciones que ha vivido con otros compañeros por comentarios en las redes sociales: «Hay mucha gente que habla del ejemplo distinto que damos Borja Iglesias, Aitor o yo , y recibimos mucho cariño. Pero han llegado a decir auténticas barbaridades. No se las podría ni imaginar. Amenazas de muerte, muchísimas. Pasa en internet y no es real, pero puede serlo«. Cuestionado sobre por qué el fútbol provoca unas reacciones tan viscerales, Bellerín lo ve así: « Se ha convertido en el teatro romano . Entiendo que haya gente con formas de vida precarias y estresadas y el campo de fútbol se convierte en un momento para vaciarse. Sabemos que repartimos mucha felicidad, pero parece que en el estadio se pueden hacer cosas que no podrías hacer jamás en la calle«, analiza.
