El Big Ben no es lo que crees: la verdad que esconde el icono de Londres y que ha engañado a millones de visitantes
Cuando pensamos en Londres, la primera imagen que se nos viene a la cabeza suele ser la de ese autobús rojo de dos plantas tan característico recorriendo la ciudad, o la silueta de la torre del reloj por la que volaba Peter Pan. Viajar a la capital británica implica, casi de manera casi obligatoria, hacerse la mítica foto con el "Big Ben" de fondo. Y es que es uno de los monumentos más visitados y casi que el principal de la capital inglesa y no solo porque existan réplicas en miniatura en forma de imanes y llaveros en cada puesto de recuerdos de la ciudad.
Sin embargo, esa fama mundial esconde una curiosidad que sorprende a muchos visitantes.
La gran confusión: el Big Ben no es la torre
Aunque la mayoría lo desconoce la torre con el reloj que todos llamamos Big Ben no se llama así en realidad. Su nombre oficial es Elizabeth Tower (Torre de Isabel), denominación que recibe desde 2012 en honor al Jubileo de Diamante de la reina Isabel II. Hasta entonces, su nombre oficial era simplemente Clock Tower.
Entonces, ¿qué es realmente el Big Ben?
En realidad, Big Ben es el nombre de la gran campana que se encuentra en el interior de la torre y no, no es visible desde el exterior. Esta enorme campana fue instalada en 1859 y pesa 13,7 toneladas. Su inconfundible sonido marcando las horas forma parte del paisaje sonoro de Londres y es uno de los más reconocibles del mundo.
Un icono del Parlamento británico
La Elizabeth Tower se sitúa en el lado noroeste del Palacio de Westminster, sede del Parlamento del Reino Unido. Popularmente, el nombre de Big Ben se utiliza también para referirse al reloj y a la torre, aunque realmente no es lo correcto. La torre alberga el reloj de cuatro caras más grande del mundo y se eleva hasta los 96,3 metros de altura, convirtiéndose en una de las torres de reloj más altas del planeta.
Construida en estilo neogótico tras el incendio que destruyó el antiguo Palacio de Westminster en 1834, la torre se completó en 1858 y el reloj comenzó a funcionar en 1859. A pesar de ser una de las atracciones turísticas más famosas del mundo, el interior de la torre no está abierto a visitantes extranjeros. Solo los residentes del Reino Unido pueden solicitar una visita con antelación y subir sus 334 escalones, ya que no dispone de ascensor.
Así que la próxima vez que estés en Londres y alguien pose delante del “Big Ben”, ya sabrás la verdad. La torre que aparece en la foto es la Elizabeth Tower, mientras que el auténtico Big Ben sigue oculto en su interior, marcando el paso del tiempo con su legendario sonido y recordándonos que incluso los iconos más famosos guardan secretos.
