Vestidas de negro y en silencio, en señal de luto por todas las vidas arrebatadas por la violencia, Mujeres de Negro de Toledo volvieron a concentrarse en la plaza de Zocodover, como viene siendo habitual cada sábado a final de mes, para denunciar que, pese al paso del tiempo, numerosos países continúan inmersos en guerras . Un acto que tuvo como eje central la exigencia de justicia para las poblaciones que sufren conflictos armados «que nunca eligieron». Durante la lectura del manifiesto, reiteraron el rechazo frontal a la guerra como medio para resolver conflictos y la condena de toda forma de violencia , venga de donde venga. Asimismo, insistieron en la necesidad de exigir justicia para todos los pueblos en guerra, sin dobles raseros, sin olvidos selectivos y sin jerarquías del dolor. « Cada vida tiene el mismo valor », subrayaron, reclamando el derecho de todos los pueblos a vivir en paz, con dignidad, libertad y con los derechos humanos garantizados. El colectivo también denunció el negocio de la guerra, el comercio de armas y la creciente militarización de las sociedades , así como la impunidad de quienes provocan y sostienen los conflictos armados. En este contexto, señalaron la responsabilidad de los gobiernos y de las instituciones internacionales que, a su juicio, miran hacia otro lado mientras se cometen crímenes contra la humanidad. Desde Toledo, ciudad marcada por la convivencia y la memoria histórica, Mujeres de Negro se sumaron una vez más a la Red Internacional de Mujeres de Negro, reafirmando su compromiso con la no violencia, el diálogo, la justicia social y la solidaridad entre los pueblos. Para el colectivo, la paz no es solo la ausencia de guerra, sino un proceso activo que se construye cada día desde lo colectivo y desde la justicia . «La guerra no nos representa», afirmaron al cierre del acto, recordando que no puede haber paz sin justicia y que ningún pueblo debe ser olvidado.