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Декабрь
2025

«No hay Nochevieja en que no acabe algún niño en urgencias por este motivo»

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Abc.es 
«No hay año en que no acabe algún niño en urgencias por este motivo, con consecuencias a veces graves o incluso fatales», advierte el doctor Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien insiste en que «el atragantamiento se puede prevenir tomando las medidas adecuadas y aprendiendo a actuar correctamente si se da un episodio». Y es que, en menos de un segundo, lo que deberían ser unas fiestas alegres, se convierte, cada año, en una pesadilla para muchas familias. La asfixia , recuerdan desde la AEP, es una de las principales causas de mortalidad durante la infancia, especialmente en niños de entre uno y cinco años, ya que sus habilidades motoras y de deglución aún no están completamente desarrolladas. En ese rango de población, corrobora la doctora Sonia Pérez, pediatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, el riesgo de asfixia por atragantamiento se incrementa porque los niños pequeños no tienen todos los dientes para masticar adecuadamente, el reflejo de deglución debe aún desarrollarse más y no son conscientes a esas edades del peligro que ello conlleva». Durante las fiestas navideñas y especialmente en la Nochevieja que se celebra esta noche, señalan los pediatras, aumenta el riesgo de atragantamiento, al consumir más turrones, frutos secos, peladillas, palomitas de maíz y, sobre todo, uvas y caramelos. Respecto a las uvas, presentes en la mayoría de las casas en esta última noche del año, desde la AEP insisten: que no se ofrezcan uvas enteras a los menores hasta al menos, cumplidos los 4 o 5 años, cuando el riesgo de atragantamiento disminuye significativamente. Hasta entonces, se recomienda «cortarlas en cuatro trozos a lo largo, no en rodajas». Las uvas deben estar, añade Manrique, «peladas y sin semillas, pues la piel es resbaladiza y puede deslizarse sin querer hacia la garganta». También es conveniente, prosigue este pediatra, «que el niño esté sentado y tranquilo cuando las tome y que, por supuesto, cuente con la supervisión de un adulto». Como alternativa, sugiere este experto «los gusanitos de sémola de maíz o las pasas». Sin olvidar otros riesgos, añade la doctora Sonia Pérez, como pueden suponer «las piezas pequeñas de juguetes y los globos: a menor calibre, mayor peligro pues, si los aspiran, al ser goma se adapta a la vía aérea y es muy, muy complicado sacarlos». Junto a las clásicas uvas, los caramelos, especialmente los duros y redondos, pueden bloquear completamente la vía aérea de un niño en segundos. No se deshacen rápido y encajan con facilidad en la garganta. Por todo ello, son una de las causas más frecuentes de atragantamiento en la infancia, especialmente en menores de 5 años. El Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ofrece las siguientes recomendaciones por edades: De 0–3 años: riesgo muy alto. No deben consumir caramelos. Entre los 3 y los 5 años: riesgo alto, incluso con supervisión por parte de familiares o de adultos que estén junto a él. Por encima de esta edad: el riesgo disminuye, pero no desaparece. Tal y como explica el doctor Manrique, existen algunos mitos que ocasionan errores en la actuación ante un atragantamiento, como la idea de que meter el dedo en la boca ayudará a sacar el objeto. «Esto es falso, y puede incluso empujarlo más profundamente y causar lesiones», aclara. «Otra práctica ineficaz, además de peligrosa», según describe el experto, es «levantar al niño por los pies para ayudar a que el cuerpo extraño salga de la vía aérea«. Según la situación, los pediatras del CSV-AEP destacan cuáles son las maniobras esenciales: No intervenir (no dar golpes en la espalda). La tos es el mecanismo natural para expulsar el objeto. En primer lugar, se pedirá ayuda a las personas del entorno o al 112. Mirar la boca y extraer el cuerpo extraño si está accesible y luego se realizarán 5 golpes en la espalda (interescapulares) seguidos de 5 compresiones abdominales (maniobra de Heimlich) en mayores de un año. En menores de un año también se empezará con 5 golpes en la espalda (interescapulares) y luego 5 compresiones torácicas. Repetir todos estos pasos hasta que respire bien, expulse el objeto o hasta que empeore y pierda el conocimiento (ver niño inconsciente). Iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar ( RCP ) básica y contactar inmediatamente con el servicio de emergencias (112) . Incluso si la uva o el objeto es expulsado, «se debe acudir al hospital para descartar posibles lesiones o complicaciones», concluye el coordinador del CSV-AEP.














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