PNV y ERC elevan el pulso: piden que Sánchez cumpla y "ponga orden"
A lo largo de este 2025 se ha hablado mucho de Junts y de que la formación de Carles Puigdemont denuncia que Pedro Sánchez no está cumpliendo los acuerdos pactados para la investidura y en la mesa de negociación en Ginebra. Sin embargo, los postconvergentes no son los únicos socios molestos con el escaso grado de cumplimiento que atribuyen al Ejecutivo. Cada vez hay más socios elevando la presión.
Ayer fue el turno del PNV. La portavoz del Gobierno vasco, María Ubarretxena, ofreció una entrevista tras la última reunión del Ejecutivo autonómico y protestó porque el Gobierno central no había cumplido una serie de transferencias que se habían pactado. Ubarretxena pidió a Sánchez que "ponga orden en su casa", denunciando que había secretarios de Estado que parecían "mandar más" que sus ministros y que estaban obstaculizando dichas cesiones.
En concreto, el Gobierno central y el vasco se habían comprometido a traspasar a País Vasco las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social, las prestaciones por desempleo, las competencias sobre salvamento marítimo, el centro de verificación de maquinaria de Barakaldo y el seguro escolar. Estas cinco cuestiones estaban incluidas dentro de lo pactado por el PNV y Sánchez para la investidura en 2023 y la fecha límite para realizar dichas cesiones era diciembre de 2025.
Aunque mantuvo cierta esperanza de que en enero se pueda cumplir lo acordado, Ubarretxena se mostró muy dura y lamentó que "en el último momento" se plantearan por parte del Ejecutivo "pegas y dificultades" para cumplir lo acordado. En concreto, detectó que las mayores reticencias se estaban produciendo en el ámbito de la Seguridad Social y achacó el retraso a "miedos de última hora".
A finales de enero, el lehendakari, Imanol Pradales, ofrecerá una rueda de prensa en la que hará un balance de su relación con el Ejecutivo central. Aunque no estén muy contentos, el impacto seguramente sea escaso, ya que PSE forma parte de la coalición de Gobierno en País Vasco, pero supone dificultar las relaciones en un momento en el que a Sánchez no le sobran los apoyos parlamentarios en Madrid.
Además, el PNVA no es el único que se queja. También ha elevado esa presión ERC, que lleva semanas intentando marcar un perfil mucho más duro sobre su relación con el PSOE, aunque sin llegar a romper, desde que Junts se instaló en el bloqueo absoluto. Los republicanos aseguran que no quieren negociar cuestiones como los presupuestos hasta que Sánchez cumpla lo acordado. En ese sentido, hay algunos asuntos pendientes como la condonación del FLA, el traspaso a Rodalies de la gestión de Cercanías o una nueva financiación autonómica.
Para abordar estas cuestiones se celebrará una reunión entre el propio Sánchez y el líder de los republicanos, Oriol Junqueras. Aunque todavía no está cerrada, se prevé que se celebrará en enero y que será en el palacio de la Moncloa. Será la primera vez que ambos líderes mantienen un encuentro desde que el de ERC saliera de prisión por su participación en el 1-O.
Aunque todavía no ha levantado la voz en ese sentido, Sánchez tampoco está cumpliendo con lo acordado con Sumar. En su acuerdo para una coalición, había varias decenas de medidas que tendrían que pasar por el Congreso y que no están yendo a la Cámara Baja por su imposibilidad para aunar mayorías.
