Belén Bajo: “Un partido es ideología y personas”

Son las 12:30 de un magnífico y soleado día de invierno. He quedado con una amiga, una mujer de armas tomar, una mujer que se dedica a la política. Nos separa mucha distancia ideológica, pero nos unen las ganas de luchar por lo que creemos justo. Somos mujeres, eso une.

Belén Bajo, es diputada en el Congreso, en las filas del Partido Popular. Es licenciada en Periodismo y tiene un largo y extenso currículum. Su vida ha transcurrido entre los medios de comunicación, los gabinetes políticos y la política activa. También ha sido diputada regional en la Asamblea de Madrid. Es una mujer que sabe que estar en política es una gran responsabilidad porque ella vive con pasión y con rigor.

Hablamos atropelladamente, nos contamos mil cosas que hemos vivido juntas, y cosas que ha vivido cada una.

También tenemos nuestro rato serio, no crean, hablamos de los problemas de la gente, de sus necesidades, hasta del cambio climático, materia de la que es portavoz en el Congreso.

Responde, sin dejar de mover las manos, quizá su rasgo comunicativo más distintivo: se podría escribir un libro sobre comunicación no verbal estudiando sus manos. Las palmas abiertas hablan de sinceridad. Sus ojos te hablan, te miran, refuerzan esa idea de persona transparente.

Es de quienes se enrolaron en la política, ejerciendo su profesión, haciendo suyas las ideas de su partido. Como Belén dice, “para vender una idea tienes que hacerla tuya, creértela”. Persona de convicciones, afirma que casi siempre ha podido defender aquello en lo que creía. Han sido pocas veces las que ha sufrido eso que a muchas nos ha pasado: encontrarnos alguna mañana sin saber si somos de los nuestros.

Le gustan las tendencias, estar actualizada, le gustan las nuevas tecnologías, todo lo que va saliendo. Le gusta estar al día en las redes sociales y estar constantemente aprendiendo, como ha hecho sobre los asuntos del clima.

No tiene miedo Belén a dialogar, a pactar, a ponerse en lugar de otros y otras; conoce los secretos del respeto. Ha sido educada en el esfuerzo, en la tenacidad de Castilla, de Palencia, donde nada se regala, donde nunca le dieron las cosas hechas.

Belén parece como se declara: incapaz de odiar. Aunque compartimos un rechazo instintivo a los maltratadores, a los violentos que asesinan mujeres.

Ahora Belén Bajo aspira a ser diputada de nuevo. Si no lo es, volverá a su trabajo, a desarrollar su pasión con la misma energía que siempre. Volverá a mover sus manos, a acabar el día riendo, a vivir su compromiso con la lealtad de siempre.

Mis preguntas animan sus manos, aquí sus respuestas.

—¿Has entrado en política, por vocación o por accidente?

—Primero, entro como una actividad profesional. Y después, fui asumiendo las ideas. Como sabes, para vender una idea tienes que hacerla tuya, creértela. Y con la asunción de las ideas y del trabajo, me hizo muchísima ilusión saltar la barrera y dedicarme en primera persona al campo de la política.

—¿Te sientes recompensada por tu trabajo?

—Cuando me dijeron hace 4 años que iba a ser la portavoz de Cambio Climático, me pareció imposible, porque no sabía nada de química, soy de letras, sabía lo justo sobre cambio climático, sobre energía y sobre todos estos temas.

Pero como es tan bonito este tema, estudio todos los días, pues creo que me he reencontrado con otra profesión. Esto no tiene nada que ver con lo que yo hacía. Y me encanta, me encanta porque me lo creo, porque creo en el cambio climático, creo en el planeta, y creo que debemos dejar a todas las generaciones un planeta sano.

Tenemos que aplicar las medidas que se han aprobado en la Cumbre del Clima, para evitar el calentamiento global y estoy muy feliz siendo en esta etapa la portavoz de cambio climático.

—¿Cómo reflexionas mejor?

—Yo reflexiono con el ordenador encendido para estar preparada cuando me vienen las ideas para enfocar un tema. Por ejemplo, no me preguntes por qué, la mayor parte me llegan con el cepillo de los dientes en la mano, delante del espejo del baño. Ahí me salen cientos de burbujas y se van perfilando mis argumentos.

—¿Cuáles son las barreras que has tenido como mujer, y como mujer en un proceso político en estos años donde se ha tenido que pelear?

—La verdad es que he tenido la gran suerte de trabajar con Mariano Rajoy, que siempre está rodeado de mujeres, y no he tenido ninguna barrera para trabajar. Me he sentido persona de confianza y delegaba y respetaba el trabajo. La verdad es que no me he sentido limitada por ninguna barrera. Rajoy te respetaba y hacían que te respetaran.

—¿Qué te produce risa?

—Un buen chiste

—¿Y en tu vida profesional?

—Estar con amigas

—¿Una manía?

—Uff, tengo muchas. A ver… la tapa del wáter bajada, la pasta de dientes cerrada, la cocina recogida. No soy una loca de la limpieza, pero sí soy de orden.

—¿Qué talento no tienes y desearías tener?

—El canto y el oído.

—¿Eres de café o té?

—Café.

—¿Te levantas riendo o de mala leche?

—Me levanto de mala leche y me acuesto riendo.

—¿A quién invitarías a una caña?

—Ese que estuvo con Penélope, este… Matthew McConaughey.

—¿Y a quién no le darías ni agua?

—Pues a un violador, un maltratador, aunque yo no soy de odios.

¿Si el café te diera 'súperpoderes, cuál querrías?

—El de las lenguas, el de los idiomas. Saber muchos idiomas.

—¿Mari Luz Bajo o Belén Bajo?

—Cuando nací era obligatorio ponerse el María, y mi madre me quería llamar Luz Belén. Estoy bautizada como María Luz Belén. Cuando mi padre fue al registro, era obligatorio el María, y tuvo que decidirse sobre que nombre suprimía, Luz o Belén. Él decidió llamarme como a su hermana: Mari Luz, pero se lo calló. Cuando cumplo 14 años y voy a hacerme el DNI, mi madre y yo nos enteramos de que me llamo Mari Luz; el disgusto que tenemos es terrible, porque toda mi vida me han llamado Belén. Ingenua de mi, cuando llego a Madrid a los 18 años, pues digo, aquí soy Belén, y ni Luz ni María ni nada. Pero, claro, lo oficial es lo oficial. Luego he intentado cambiarme de nombre, ponerme otra vez el de María Luz Belén y ha sido imposible, no puedo tener tres nombres.

—¿Por qué eres del PP?

—Pues por convicción y por las personas que he conocido, porque estoy muy orgullosa de haber trabajado con Mariano Rajoy, de tener este presidente y espero que siga siendo el presidente de España. Al final, en un partido, como tú bien sabes, están la ideología y las personas. Y las personas que he conocido me han aportado muchísimo en mi vida.

—Dame tu opinión sobre estos nombres:

Mariano Rajoy: Una persona que es inteligente, con sentido del humor y espíritu deportivo.

Cristina Cifuentes: Una mujer que se ha hecho a sí misma y que ha creado un nuevo aire en el partido.

Soraya Sáenz de Santamaría: Muy inteligente, muy buena parlamentaria y muy buena política.

Cristóbal Montoro: Un gran ministro a quien no le ha importado quemarse, dando la cara por un presidente.