El Gobierno vasco aplicará la «Ley mordaza» a los ertzainas que se manifestaron en el Parlamento

Desde que entrara en vigor en julio de 2015, la impopular Ley de Seguridad Ciudadana se ha topado con el firme rechazo del Parlamento vasco. A excepción del PP, todos los partidos de la Cámara coincidieron la pasada legislatura en que la norma «vulnera derechos fundamentales», razón por la que se comprometieron a no aplicarla. La realidad, sin embargo, es que el PNV no se ha privado a la hora de utilizar la llamada «Ley mordaza», la cual aplicará también a los agentes de la Ertzaintza que se concentraron el pasado jueves en Vitoria para exigir mejoras en sus condiciones laborales. La manifestación, convocada por los sindicatos ErNE, SIPE y ELA, fue secundada por cerca de tres centenares de ertzainas, que recibieron con pitos y abucheos a los miembros del Ejecutivo autonómico a las puertas del Parlamento. Una de las más increpadas fue la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, quien tildó la actitud de los agentes de «intolerable, denunciable y sancionable». Fue la dirigente nacionalista la encargada de anunciar esta mañana la disposición del Gobierno de sancionar a los impulsores de la protesta, a quienes acusó de sobrepasar «el cordón de seguridad que se aplica a estas concentraciones». «Incumplieron las normas más básicas de respeto a la convivencia y a las leyes que la Ertzaintza debe hacer cumplir», alegó Beltrán de Heredia en el pleno de control de hoy. En concreto, la titular de Seguridad puso de relieve que los policías «obstaculizaron el paso» tanto a miembros del Gobierno como a parlamentarios, olvidando, a su juicio, que se deben «a la ciudadanía vasca y, por tanto, a sus instituciones». A su vez, instó a las centrales a explicar «qué quieren decir cuando van a pedir la baja médica sin causa efectiva» de cara a la visita a Bilbao de los ultras del Olympique de Marsella. «Somos policías» La concentración del jueves ha incrementado la tensión entre el departamento de Seguridad y los sindicatos, que a pesar de todo hicieron hincapié en que Beltrán de Heredia nunca llegó a estar «amenazada». En este sentido, la central ErNE recordó en un comunicado que la nacionalista se encontraba «entre policías fuera de servicio, pero policías»: «Nos enfadamos, gritaremos, silbaremos, pero seguiremos siendo responsables», puntualizó el colectivo, que volvió a abogar por el cese de la consejera.