El último cartucho de Carles Puigdemont
El expresidente Carles Puigdemont trata de salvarse del ostracismo político al que ha sido condenado tras su fuga de la Justicia española tratando de agrupar todos los partidos, movimientos y entidades del independentismo bajo su manto protector. Una suerte de «OPA» que no ha caído bien en ERC o el PDECat, pero que desde Junts per Catalunya se ve como la oportunidad para asentarse como el gran partido central del secesionismo catalán.
Según su manifiesto fundacional, el objetivo de la «Crida Nacional per la República» presentada este lunes en Barcelona es desplegar una estrategia unitaria a través de un nuevo «instrumento político». ¿Su objetivo? Agrupar y vertebrar el independentismo sobre valores neutros como «la solidaridad, la igualdad o la sostenibilidad». Ideología líquida para sumar a toda costa.No en vano, el texto de presentación del movimiento -que aún no se sabe si tendrá forma de parido, coalición o «lobby»- también indica que su proceso de creación culminará con un «Congreso fundacional» en otoño.
«Esperanza en la república»
«En este tiempo, estos meses que han sido difíciles hemos demostrado que la persistencia ha sido absolutamente clave para mantener esta idea de victoria y esperanza en la república», ha resaltado Puigdemont durante el acto, en el que ha participado por videoconferencia ante un auditorio que lo ha aplaudido con insistencia. Fuera, en la calle, un centenar de personas hacían cola para acceder al «segundo pase» de la presentación.
El expresidente ha insistido que en su nuevo instrumento político «no sobra nadie» y «todo el mundo es bienvenido». Guiños reiterados a ERC y a su propio partido -el PDECat- que ven con recelo una propuesta de corte personalista que los puede acabar diluyendo, algo que ya pasó con otras fórmulas electorales del secesionismo, como Junts pel Sí y Junts per Catalunya. Además, el PDECat entoma la propuesta de Puigdemont como un desafío en pleno proceso de renovación interna y con un congreso a la vuelta de la esquina.
«Hacemos un llamamiento a consolidar este espacio poliédrico, muy plural. Lo que tenga que ser lo decidirán las mujeres y hombres que a partir de ahora se apunten», ha señalado el expresidente ante un auditorio en el que si bien había representantes del PDECat, no había rostros relevantes de ERC ni de la ANC u Òmnium, entidades y partidos a los que van dirigidas esta «crida» (llamamiento).
Silencios y guiños a la izquierda
El acto también ha contado con la presencia -por carta- del expresidente de la ANC y diputado preso de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, quien ha pedido que también se sumen a la propuesta del exalcalde de Gerona aquellos hombres y mujeres que se consideran «de izquierdas». Sánchez ha aludido así al desdén con el que desde ERC han tratado la propuesta de la «crida», circunscribiéndola al «nacionalismo de centro-derecha».
Por el momento, este nuevo movimiento que pretende acabar con la dispersión estratégica del secesionismo cuenta con el apoyo expreso del presidente de la Generalitat, Quim Torra, así como del grupo parlamentario de Junts per Catalunya. Sin embargo, este no ha podido estar presente en el acto, ya que el vuelo que debía traerlo desde Alemania ha sido anulado por razones meteorológicas.
El silencio de Mas
Con la presentación de este lunes -que ha despertado una notable espectación mediática- ha quedado patente que más allá de las fronteras del entorno de Puigdemont la última bala del president ha sido recibida con desdén cuando no con silencios, como la destacada ausencia hoy del expresidente Artur Mas, vivo ejemplo de como el independentismo catalán borra rápidamente de su memória a quienes dan un paso atrás.