La violencia de los radicales secuestra Barcelona por sexta noche consecutiva
La concentración de este domingo en Barcelona ha sido mucho menos numerosa que la del sábado, de 7.000 a 700 manifestantes, apróximadamente, pero no estuvo exenta de incidentes, como auguraba ya la pancarta que la encabezaba: «Nos habéis enseñado que ser pacíficos es inútil». También esta noche ha habido detenidos.
Al menos siete individuos han sido arrestados a lo largo de la noche, cinco de ellos por reventar los escaparates de una tienda de ropa de paseo de Gràcia y saquearla, según han informado los Mossos. Durante la detención, un agente de la Policía autonómica ha resultado herido.
Los manifestantes se han concentrado, esta vez, ante la estación de Sants, pero al grito de «las calles serán siempre nuestras» recorrieron la ciudad hasta la Via Laietana, adonde el sábado los Mossos no le dejaron llegar.
Allí, un grupo de manifestantes ha apedreado y lanzado petardos y contenedores de basura contra las instalaciones de la Jefatura Superior de Policía, protegida por agentes de la Policía Nacional y de los Mossos d'Esquadra.
La concentración había quedado cortada y, mientras un grupo se ha dirigido a la Jefatura de Policía para acosar a los agentes que la custodiaban, el grueso de la manifestación se ha quedado en el entorno de la plaza Urquinaona y plaza Cataluña. Se han vuelto a ver escenas de maceteros y jardineras volcadas en la carretera a modo de barricadas y, por supuesto, piedras y botellas de los encapuchados contra los agentes y los vehículos policiales.
Las barricadas se han reproducido en otras calles aledañas, como Consell de Cent, y ante el Palau de la Música, que los violentos apedrearon el sábado, los radicales han hecho una hoguera.