Antonio Banderas y Emilio Aragón se alían para producir el musical 'Godspell'

Antonio Banderas y Emilio Aragón se han unido para poner en pie en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga la temporada que viene el musical 'Godspell'. Aragón –que vuelve al género después de cuarenta años; en 1980 protagonizó 'Barnum'– será el director del espectáculo, que coproducirá el teatro malagueño con Estudio Caribe. Con libro de John Michael Tebelak y música y letras de Stephen Schwartz, se estrenó en el off-Broadway el 17 de mayo de 1971, y cinco años después pasó al circuito comercial, donde estuvo más de un año en cartel. 'Godspell' se basa en el relato evangélico, fundamentalmente el Evangelio de San Mateo. Se revive en un entorno muy de aquellos años setenta, el mundo 'hippy' y la cultura del 'flower power', y lo protagoniza un grupo de jóvenes despreocupados, incluso un poco apayasados –el personaje principal, que recuerda a Jesús, lleva una camiseta azul con una gran letra S de Supermán en el pecho–; parábolas y sucesos se cuentan en un ambiente casi naïf y juguetón. Incluye canciones vitalistas y contagiosas como 'Prepare Ye the Way of the Lord', 'Save the People', 'Day by Day', 'All For the Best', All Good Gifts' o 'We Beseech Thee'. 'Godspell' obtuvo en 1977 el Tony a la mejor partitura. El musical llegó a España en octubre de 1974, en un momento política y socialmente muy especial. La versión que se presentó en el Teatro Marquina de Madrid llevaba la firma del sacerdote y periodista José Luis Martín Descalzo y del poeta José María Pemán. Entre los intérpretes figuraban Juan Ribó, Mara Goyanes, Josema Yuste, Pedro María Sánchez, Pilar Barrera, Pep Munné, Flora María Alvaro o Nicolás Dueñas. La dirección del musical fue del propio John Tebelak, que en una entrevista con ABC, la víspera antes del estreno, dijo que no era una parodia de los Evangelios: «Es divertida porque la mayoría de las parábolas lo son. Son historias de la vida. Básicamente humanas y como creo que la obra, básicamente divertidas. Esa suprema confianza en la bondad del hombre queda plasmada en el personaje de Judas. Es el que crucifica a Cristo, pero también es el primero que ayuda a levantarlo. No hay lugar para la desesperanza y el odio en 'Godspell'». «Sé la imagen que tienen los españoles de Jesús –concluía–, y me gustaría cambiarla por la de un Cristo más alegre».