Una respuesta de La Moncloa limpia a Esteban de responsabilidad en el pinchazo al móvil de Sánchez

La Moncloa admitió en septiembre de 2020 que la seguridad del teléfono móvil de Pedro Sánchez «depende» del departamento de Presidencia que pilotaba el hoy ministro Félix Bolaños. Un reconocimiento que limpia de culpa a la ya exdirectora del CNI, Paz Esteban, y a este organismo por las escuchas ilegales a Sánchez, al desmontar la tesis de la responsabilidad «compartida» de Presidencia y Defensa en la que se viene refugiando La Moncloa desde hace días. La semana pasada, en Onda Cero, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, llegó a afirmar que la responsabilidad de Presidencia respecto al móvil del líder socialista se limitaba a proporcionarle el terminal. Este ha sido, de hecho, el argumento ofrecido hasta ayer mismo para justificar el polémico cese de Esteban. «Se informa de que la seguridad integral (física o comunicaciones, entre otras) del presidente del Gobierno depende del Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno, tanto en el Complejo de la Moncloa como en cualquiera de sus desplazamientos», fue la respuesta de Moncloa cuando la portavoz adjunta de Vox, Macarena Olona, preguntó por este asunto hace poco más de año y medio. Ese Departamento de Seguridad depende de la Secretaría General de Presidencia, que pilotaba Félix Bolaños cuando la pasada primavera fue pinchado el móvil de Sánchez. La corrupción del PP como argumento A pesar de este documento, al que ha tenido acceso ABC, Bolaños intentó sacudirse la responsabilidad asegurando que Presidencia «no marca ningún protocolo de seguridad» y el jefe del Gobierno volvió a cargar la culpa a Inteligencia. «Es evidente que ha habido un fallo en la seguridad de las comunicaciones del Gobierno», argumentó Sánchez en el Congreso tras un aluvión de críticas por el cese de Esteban. De hecho, la salida de la exjefa de Inteligencia -cuya labor encomiaron PP, Vox y Cs-, sirvió una nueva bronca entre Gobierno y oposición. La número dos del PP, Cuca Gamarra, acusó a Sánchez de representar «la degradación absoluta de la política» por usar a Esteban como «chivo expiatorio» para contentar a los independentistas, y pactar con los mismos «a los que el Estado tenía que investigar». El socialista respondió enarbolando la corrupción del PP y los casos Kitchen y Bárcenas. Aseguró que ya no hay «mangantes» en el Ejecutivo y que ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ni el CNI operan fuera de la ley contra adversarios políticos del Gobierno.