Precios de la luz: hacer la cena es un 38% más caro que preparar la comida

Los precios de la electricidad llevan toda la semana por encima de los 300 euros el megavatio hora (MWh), niveles que no alcanzaban desde marzo pasado. En paralelo, las tarifas reguladas también se han disparado y en las franjas horarias más caras el kilovatio hora (kWh) cuesta casi 50 céntimos de euro. Por todo ello, hay que saber elegir bien las horas para poner la lavadora, el lavavajillas y el aire acondicionado. Por su parte, el horno y la vitrocerámica, cuyo funcionamiento es más costoso, tienen menos opciones de elección. Vitrocerámica y horno Casi un euro la hora a partir de las 20 h La vitrocerámica y el horno son los electrodomésticos más caros en una vivienda, al margen de las tarifas eléctricas que tenga el consumidor. Actualmente, ambos aparatos suponen un coste de casi un euro por hora de funcionamiento en los periodos punta del día, es decir, a partir de las 20 h. Por eso, es hasta un 38% más caro preparar la cena que el almuerzo, ya que entre las 14 y las 18 horas los precios son más baratos. Aire acondicionado Más caro durante la cena que en la siesta Los aparatos de aire acondicionado son también de los que más hacen subir la factura de la luz. Su consumo cuesta, como la vitrocerámica y el horno, casi un euro la hora entre las 20 y las 22 horas. Así, es un 38% más caro si lo utilizamos durante la cena que si lo hacemos a la hora de la comida o en la siesta. Lavadora y plancha Mejor a la hora de la comida Las horas más baratas para poner la lavadora o planchar son entre las 14 y las 18 horas. Puede costar unos 55 céntimos cada hora, frente a los casi 80 céntimos a partir de las 20 h. Hace tiempo que dejó de ser provechoso poner la lavadora antes de las 9 de la mañana. Televisión y ordenador Los más baratos, unos 5 céntimos la hora Tanto la televisión como el ordenador son de los que menos energía consumen, por lo que su precio por hora es mínimo: unos 5 céntimos de euro. Sin embargo, son también los aparatos que más horas suelen funcionar a lo largo del día. Por eso, al finalizar la jornada pueden tener un coste similar al de una hora de microondas.