El líder de la Casa de Cádiz en Barcelona, absuelto: «Me han destrozado la vida con acusaciones falsas tan graves»
«Tres años de sufrimiento y con la etiqueta de violador. Me han destrozado la vida con acusaciones falsas tan graves». La Justicia ha absuelto al activista Lagarder Danciu , para el que la Fiscalía pidió 11 años de cárcel por supuestos abusos sexuales a otro de los ocupantes de la Casa de Cádiz de Barcelona , Brahim B. O.. El fallo de la Audiencia de Barcelona, al que ha tenido acceso ABC, sostiene que las relaciones íntimas entre ambos fueron consentidas. La sentencia, fechada el pasado 2 de enero, recoge que ambos se apuntaron al mismo gimnasio, al que acudían a diario durante varias horas, «mostrándose cariñosos en todo momento», también delante de otros habitantes del espacio okupado de la calle Cerdeña. «El testimonio de la víctima carece por completo de la verosimilitud que pudiera justificar la atribución al acusado de la autoría de delitos tan graves como los que se le imputan», concluye el tribunal. Y es que durante el juicio Brahim no ratificó la acusación que sí mantuvo durante dos años. Entre otras por ejemplo, que el activista se metía en su cama por las noches y que, pese a su supuesta oposición, le realizaba tocamientos. Lagarder desde el principio explicó que las relaciones habían sido consentidas, aunque aceptó ocultarlas, porque el chico, de origen marroquí, no quería explicar que era homosexual. De hecho, detalla la sentencia, contó al resto de residentes de la Casa Cádiz que tenía novia. «El tribunal entiende que admitir que no sucedieron hechos como los descritos lleva a cuestionar la veracidad de todo lo demás relatado por la víctima», apunta la sentencia, que señala que el relato de Brahim , además, es incoherente. Así lo corroboraron varios testigos durante la vista oral. Entre ellos, una de las mujeres que también vivía en la casa, que vio cómo ambos organizaron un viaje conjunto a Olot para celebrar el cumpleaños del chico. Otras de las residentes apuntó que eran «como una pareja normal, que exteriorizaban muestras de cariño, que se ponían crema cuando volvían del gimnasio y que se metían en la ducha». Nunca vio que Brahim rechazase al acusado. Es más, un tercer ocupante del espacio corroboró ante el tribunal que, pese a haber cámaras de vigilancia incluso en los dormitorios -pudiendo así demostrar o desmontar la acusación- las imágenes se borraron cuando Lagarder fue expulsado de la casa tras la denuncia. También explicó que entre denunciante y denunciado «había una relación que iba más allá de la amistad». «Acoso brutal» Tras ser absuelto, Danciu ha explicado a este diario el calvario que han supuesto estos dos años. Abandonó Barcelona y se fue a un pueblo del Maresme . «Hubo un acoso brutal contra mí por esta mentira», señala el activista, tras explicar que desde entonces tuvo que acudir al psicólogo, y que incluso pensó en quitarse la vida. Su único apoyo fue su perro Ronny. «Yo también cometí el error de creerme las acusaciones contra otros», admite Lagarder , «pero no sabemos la repercusión que eso tiene». Durante este tiempo, ha paseado perros y limpiado escaleras para ganarse la vida. Después accedió a un puesto de interino como trabajador social, pero ahora se encuentra de baja. «Cuando supieron de qué se me acusaba, comenzaron a colgar las noticias publicadas en el corcho de la oficina. Y así empezó el 'bullying'», lamenta. Durante estos dos largos años, ha estado solo. « Todos creyeron que yo era un abusador , me abandonaron por completo». Ahora, aún desde el Maresme, explica que está «asimilando» la absolución, rehaciendo su vida y recuperando su dignidad y honor. «A nadie le deseo esto, ha sido la peor experiencia de mi vida», cuenta al otro lado del teléfono. El próximo paso será llevar ante a los tribunales al joven, por denuncia falsa. Su plan de futuro: convertirse «en un defensor de la Justicia y de los derechos de la comunidad LGTBI» , proclama.