«Los romanos nos trajeron hace 2.000 años una especie invasora que aún vive en el río Guadalquivir»
Uno de los mayores expertos internacionales en biología marina, el catedrático de la Universidad de Sevilla José Carlos García, autor de cientos de artículos especializados y varios libros, departió con ABC sobre el río Guadalquivir, y algunas de las especies invasoras que viven en la dársena. «El caso de las tortugas es un asunto preocupante. Debemos estar muy vigilantes en este tema, como el que concierne igualmente a otras especies invasoras ya que pueden hacer muchísimo daño. También hay una planta muy agresiva, Alternanthera philoxeroides (conocida vulgarmente como lagunilla), que se ha visto recientemente en la dársena. Sé que mi compañero de la Facultad de Biología, Jesús Castillo, posee muy buena información sobre esta especie, que me consta igualmente que tiene en estado de alerta a la Autoridad Portuaria de Sevilla y a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Ahora mismo considero que es de lo más preocupante en el estuario, junto al calamole o jacinto de agua (Eichhornia crassipes), ya detectado por el Seprona. En el río Guadiana esta última especie ha causado un gran impacto ambiental, y ya se han invertido más de 30 millones de euros para su erradicación», subrayó el profesor e investigador. El catedrático de la Universidad de Sevilla añadió que existen algunas especies invasoras en las dársenas del río que datan de hace 2000 años: «La dársena del río Guadalquivir es muy rica en vida, pero, más que en diversidad de especies, en abundancia de algunas de ellas. El copépodo ciclopoide Acanthocyclops americanus, otra especie invasora, y el cladócero Daphnia magna, son extraordinariamente abundantes en la columna de agua. Hay mucho alimento, cuya base, en parte, está en la gran producción de clorofila dentro de la dársena. La carpa, otra invasora muy abundante en la misma zona, y que está con nosotros desde hace 2000 años tras introducirla los romanos, está facilitando mucho las cosas para la propagación del copépodo ciclopoide Acanthocyclops americanus. En este sentido, hay que entender que a veces hay sinergia entre especies invasoras, negativa, y se desata con ello un efecto dominó nada favorable para la biodiversidad autóctona», indicó, tras revelar que están en estos momentos imbuidos en un estudio y análisis mucho más exhaustivo de asuntos relacionados con el estuario y la dársena «en un proyecto promovido por la Autoridad Portuaria de Sevilla y en colaboración con el Acuario de Sevilla». En cuanto a los peces, el catedrático de la Universidad de Sevilla confirmó igualmente la vida animal: «En torno a la mitad de las especies de peces del Guadalquivir ya son exóticas. También hay otro tipo de peces que están llegando. Hace poco, en La Puebla del Río, se capturó una lubina de cinco kilos».