Esprint final para lograr la mano biomecánica de Anita, la joven que vende joyas caseras en Instagram

Ana Ortiz se puso a finales de 2021 un objetivo: recaudar el dinero necesario para costearse una prótesis biomecánica tras 15 años viviendo con una sola mano. Desde entonces, esta estudiante valenciana de cuarto de la ESO, ha dedicado sus ratos libres a confeccionar pulseras, collares, anillos o pendientes en el salón de su casa para venderlas en redes sociales. Ahora, a través de la plataforma de crowdfunding solidario Mi grano de arena , está a punto de conseguido. Un centenar de donantes -personas o empresas, la mayoría anónimos y cuyas aportaciones se desconocen- han reunido los 61.000 euros que ayudarán a Anita -como la llaman en su entorno- a ganar autonomía y destreza en su día a día. Pelar una fruta o escribir en el ordenador será mucho más fácil para ella. Como ha podido confirmar ABC, aunque en la web aparece el objetivo como completado, todavía falta por cubrir el porcentaje - un 5% sobre el total recaudado , según se indica en la propia página- que se queda la fundación y que «se reinvierte en constantes mejoras tecnológicas de la plataforma y en la promoción y gestión» de la misma. Por tanto, todavía queda un mes por delante para cerrar definitivamente la campaña de donativos. La prótesis servirá también para resolver las consecuencias físicas derivadas de esta anomalía congénita, motivo por el que Anita practica atletismo. Cargar todo el peso sobre un lado le está provocando problemas de espalda y de cadera que afectan a su desarrollo. Esta misma semana, compartía con sus casi 25.000 seguidores en Instagram ( @peroquebonitaeres.joyas ) que sufre espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria y crónica que, si no se trata, puede disminuir la flexibilidad de las articulaciones de la columna vertebral. A lo largo de todo este tiempo, la joven ha aprovechado ese canal para mostrar, con mucho humor, cómo es la vida sin una extremidad. Imagen de archivo de Ana Ortiz con sus creaciones EFE «Voy andando por la calle y a veces la gente se queda mirándome. Yo pienso: ¿Será por la ropa? Pero luego caigo». «He crecido así, para mí es lo más normal del mundo», como contaba la protagonista a este periódico poco antes de que su popularidad y sus ventas se dispararan. «Pero qué bonita eres» , le decía su madre de pequeña. Un cumplido que se convirtió en marca. «Al hacer las joyas soy un poco desastre. A veces intento poner una bola en un hilo para hacer una pulsera, se me cae y acaban esparcidas por el suelo. Tengo que dedicar mucho tiempo , sobre todo los fines de semana», apuntaba en noviembre de 2021. Anita ya pudo probar una mano biomecánica hace unos meses en un centro ortopédico valenciano que se ofreció a asesorarla. Ahora está más cerca que nunca de tener la suya propia. Sin embargo, no dejará de diseñar y confeccionar sus colecciones de bisutería para poder destinar una parte de las ganancias a otros niños en su misma situación.