Sucedió en el patio del colegio. Nosotras nos enteramos décadas después, cuando ella lo contó. Él era un chico del último curso. Alto, fuerte. Guapo, según las chicas mayores. A ella, que debía tener 11, quizá 12 años, no se lo parecía. Un día, sin que nadie los viera, él le pidió un beso. Ella le dijo que no y él la llamo puta. Con todo su odio . Con toda su rabia. Sin más explicación. Años después ella nos decía que se asustó, que no había entendido nada, que le dio muchas vueltas. No le cuadraban los conceptos. Hijo, un beso. ¿No te lo puedes currar un poquito? ¿Intentar conquistarme? ¿Convencerme? Una pizca de educación, qué menos, ¿no? Claro...
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