Crítica de 'Traición': Mujer desengañada y con arco

El cartel de la película, una mujer apunta con un arco y una flecha a algo, y el título original ('Una mujer de nuestro tiempo') son mucho más elocuentes que el propio guion de Jean-Paul Civeyrac , también el director. Construye y nos presenta un personaje de una pieza, una mujer madura y muy atractiva (eso lo pone sin esfuerzo la actriz Sophie Marceau, perteneciente a ese club del cada año mejor al que también pertenecen Diane Lane, Jennifer Connelly o Robin Wright), que es comisaria jefa de Policía, escritora de éxito y mujer equilibrada en su vida familiar, y cuando se ha asentado ya esa imagen en la idea del espectador, el argumento se dedica a torpedearla con un ni flecha, ni arco, ni madurez, ni equilibrio mediante el manido recurso de la infidelidad matrimonial. Hay que felicitar al director, no obstante, por la tensa e insoportable escena en la que ella constata sus sospechas de que el marido la engaña, bien tramada y filmada, y tan violenta que en cierto modo se explica la catarata de reacciones estúpidas en las que cae aquel personaje tan admirable al principio de la historia. Supongamos que el director tiene la intención de advertirnos de que un gran desengaño es más sólido que una gran mujer, pero ese asunto requiere de una más profunda reflexión, de un cosido más fino y sutil en el paño roto de su vida y de una serie de actos mejor rimados en consonancia con el personaje descrito; y no una mera sucesión de movimientos y recursos tópicos y muy lejanos a esa supuesta mujer de nuestro tiempo. Una buena presentación, una buena explosión del conflicto y un decepcionante camino hasta su resolución. Y las escenas de acción, y afortunadamente no son muchas, adolecen de nervio y tono muscular. Queda, eso sí, ese fascinante plano corto de Sophie Marceau que vale mucho más que el precio de una entrada.