Dos solteros critican sin cortarse el menú de 'First Dates' : «No se para que se ponen finos, luego la cagan»
Miguel (20) y Salva (22) estuvieron «más cortados que el café» durante su cita en 'First Dates' . La velada no fue sobre ruedas por la timidez de los dos solteros, eso desde luego, pero pese a todo decidieron seguir conociéndose fuera del programa de citas de Cuatro . No fue la velada soñada por los chavales; aunque en esta ocasión no fracasó la compañía que Carlos Sobera les buscó, como sí ocurre en tantas otras citas diariamente. Lo que no fue del agrado de los dos comensales es el menú que degustaron en el restaurante del amor. Mike , como llaman sus conocidos a Miguel, es de Torre-Pacheco y trabaja como auxiliar de enfermería. Vive feliz en el campo, donde goza de una deseada tranquilidad, puede cuidar de sus animales y montar fiestas cuando le apetece. Lo tiene todo, menos amor. Vivir en un pueblo no ayuda, aunque él tiene un método infalible para ligar. «Uno se descarga Tinder, y ya está». Pero para encontrar un chico que le aporte chispa como él quiere, prefirió 'First Dates'. Noticia Relacionada First Dates estandar No Casi se da la vuelta y se marcha al conocer a su cita, generando un momento de lo más incómodo: «Venir de Asturias para ver a este corzo…» María Robert Edén y Yara solo tenían en común su origen asturiano, y por eso la velada se les hizo interminable Su cita en la noche del viernes 21 de julio fue Salva , camarero y residente en otro pueblo murciano, Totana. Él también acudió al programa con las ideas claras. «Lo que me da un gato es lo que necesito en una persona. Cariño, mimos, pero que no me necesite para vivir». Una cita diferente, pero exitosa Al verse, se entraron por el ojo y sintieron buenas vibras. Buscaban a alguien que les complemente y que les permita ser ellos mismos. Por lo pronto, parecían estar de acuerdo en lo más general. Aunque lo que más les unió esa noche fue sus críticas gustos culinarios. Salva respiró aliviado cuando vio que de primero había espaguetis, porque, según él, es «un crío para comer». De un menú infantil rebaña el plato si hace falta. Sin embargo, de repente y sin motivo aparente, dejó el tenedor y anunció que se le había cortado el hambre. «Tenía el corazón a mil, estaba muy nervioso», explicó después. Señal de que Mike y Salva se estaban gustando, lo que les provocó más nervios de la cuenta. En efecto, al principio estaban bastante cortados y les costó romper el hielo. Luego ya, la conversación empezó a fluir y conectaron. Salva y Mike decidieron irse juntos Cuatro Hasta que llegó el segundo plato, una especie de tapa con una pinta cuestionable a la que Mike le hincó el diente con pocas expectativas, pero que Salva se negó a probar. «Soy un delicado de mierda. Le tenia que haber dicho que me pusieran unas pechugas con patatas fritas, y yo mes las como», le comentó. Su cita le daba la razón con ganas. Puso cara al probarlo y sentenció. «No se para que se ponen finos, luego la cagan». Con el postre, Salva creyó que sería lo único que iban a comer esa noche. Lo que pasa es que lanzó las campanas al vuelo demasiado pronto. Tampoco le gustó. «¿Y si le decimos que nos pongan una pechuga con patatas?», insistió. Al menos pudieron comprobar que habían coincidido en más cosas de los que ellos, de entrada, hubieran podido imaginar. Y eso les gustó a los dos.