Portugal teme protestas de activistas ecologistas durante la visita del Papa y despliega miles de policías
El Papa Francisco ha revisado ya todos los discursos para el viaje que emprenderá este miércoles 2 de agosto a Portugal . Es su segunda visita al país luso, Francisco ya estuvo en Portugal en 2017, aunque entonces no visitó Lisboa y se limitó a presidir en Fátima las celebraciones por los 100 años de las apariciones de la Virgen. Si en 2017 permaneció menos de 30 horas en Portugal, ahora estará casi cinco días y visitará Lisboa, Cascais y Fátima . Desde este santuario tradicionalmente ligado a la caída del comunismo soviético ateo, Francisco tiene previsto rezar el sábado por la paz en Ucrania y lanzar un nuevo mensaje a Moscú y a Kiev para que se evite una escalada nuclear. El Pontífice podría aprovechar, además, para reunirse específicamente con jóvenes rusos y ucranianos. La policía portuguesa ha desplegado a 16.000 agentes de policía en sus calles junto a 2.500 bomberos para garantizar la seguridad del Papa y de los cientos de miles de peregrinos que ya están atravesando sus fronteras. Según la prensa lusa, se temen gestos polémicos de protesta por parte de activistas ecologistas. Así mismo, Portugal no olvida que en 1982 un sacerdote tradicionalista español intentó asesinar a Juan Pablo II en Fátima. Aquel día, fue bloqueado a pocos metros del pontífice, a quien quería atacar con una bayoneta. Noticia Relacionada reportaje Si «Cada JMJ es distinta, pero de todas sales siendo mejor persona» Henar Díaz Más de 1.500 peregrinos de las diócesis de Castilla y León viajan a Lisboa para participar en Jornada Mundial de la Juventud. En algunas de ellas, la delegación duplica a anteriores citas Precisamente, durante esta semana, y hasta que el Papa visite Fátima el sábado, agentes de la Guardia Civil española reforzarán la seguridad de la zona supervisados por la «Guarda Nacional Republicana», con patrullas mixtas, caballería, equipos dron-antidron, y expertos en explosivos. 850.000 peregrinos En Lisboa, el Papa Francisco presidirá su cuarta Jornada Mundial de la Juventud, la primera tras la pandemia del Covid-19. Estaba inicialmente prevista para el verano de 2022, pero los organizadores decidieron retrasarla un año a causa de la pandemia. Es sin duda el momento central del viaje. Según sus organizadores, reunirá a unas 850.000 personas de 151 países , entre ellos también 700 obispos y 20 cardenales. El Papa se detendrá a confesar individualmente a un grupo de participantes, presidirá un Via Crucis monumental que abordará los problemas y dificultades de los jóvenes en la actualidad, escuchará historias de algunos de ellos durante una vigilia al anochecer a orillas del río Tajo, y los despedirá de vuelta a casa con una misa en ese mismo lugar, desde donde les desafiará a vivir coherentemente su fe. Lucha contra los abusos Pero además de la JMJ, el Papa lleva otras importantes cuestiones en la maleta. La primera, de puertas adentro, es impulsar la lucha de la Iglesia portuguesa contra los abusos. Según concluyó una comisión independiente convocada por los mismos obispos, en los últimos 70 años al menos 4.815 menores sufrieron abusos en este país . El Papa quiere contribuir a que más allá de las palabras, ahora se tomen medidas adecuadas para afrontar la situación, por eso, se reunirá con un grupo de víctimas. Algunos obispos lanzaron la idea de edificar un 'memorial' durante la JMJ en recuerdo de las víctimas de abusos. La propuesta fue rechazada por algunas asociaciones de supervivientes, que la consideraron un intento de blanqueo de imagen y solicitaron medidas más concretas. Al final el 'memorial' fue descartado con la excusa de falta de tiempo para construirlo. De puertas afuera, desde la capital portuguesa el Papa se dirigirá también a Europa. Lo hará en su esperado discurso del miércoles por la mañana ante las autoridades del país, cuando evocará la propuesta del Tratado de Lisboa. Naturalmente, ahí se referirá también a la ley de la eutanasia recientemente aprobada en Portugal, e invitará al diálogo entre fuerzas políticas rivales para servir mejor a la sociedad. Como es tradicional, se reunirá tanto con el presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa; con el primer ministro, el socialista António Costa; y con el presidente del Parlamento, Augusto Santos Silva. La salud de Francisco Además de la seguridad, el otro factor de riesgo del viaje es la salud de Francisco, que se sometió en junio a una operación a causa de una hernia abdominal . El Vaticano no ha considerado necesario modificar las medidas habituales, y el Papa irá acompañado de un médico y un enfermero, el mismo equipo de los otros viajes. Por otro lado, el Papa, que se ha recuperado bien, sí necesitará silla de ruedas para trayectos largos, y usará un bastón para los breves. Los organizadores han diseñado los recorridos para limitar al máximo cualquier desplazamiento y evitarle caminatas.