Aragonès pide que la campaña del 12M no se convierta en «un plebiscito» sobre Sánchez
La decisión de reflexionar durante cinco días del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abriendo la puerta a dimitir el lunes, no solo ha sobrevolado el primer debate electoral de la campaña de las elecciones autonómicas del 12 de mayo (12M), sino que ha centrado parte de las intervenciones de los candidatos. Los pactos postelectorales y la reivindicación independentista de un referéndum han sido los asuntos que han protagonizado un encuentro, para pedir el voto, que ha pasado de puntillas por la candidatura de Puigdemont y, por ejemplo, la polémica del complejo de ocio Hard Rock. De esta manera, Sánchez parece haber 'españolizado', en cierta medida, el inicio de la campaña electoral que concluirá con la elección de los 135 diputados del Parlamento de Cataluña. Una situación que han criticado Josep Rull, número tres de Junts por Barcelona y que liderará la candidatura de Puigdemont en los debates electorales, y el presidente de la Generalitat y candidato de ERC, Pere Aragonès. El primero ha repetido las palabras que el expresidente autonómico dijo en el primer mitin, ayer: «De casa se ha de venir llorado». Sobre la carta del presidente del Ejecutivo, Salvador Illa, candidato del PSC y al que el movimiento a la reflexión de Sánchez le ha trastocado los planes de la campaña, ha calificado el movimiento como «acto de sinceridad, lo puedo asegurar con conocimiento de causa» y ha reiterado la necesidad de «fijar unos límites» a los intentos, ha señalado, de «destrucción del adversario». Su posición solo ha sido compartida, casi sin matices, por Jéssica Albiach, candidata de Sumar el 12M. El resto de los participantes en el debate han manifestado puntos de vista distintos. Así ha sido el caso de Aragonès, que ha pedido que la campaña no se centre en «un plebiscito» entre Illa y Puigdemont. «Hemos de hablar de Cataluña», ha dicho, y no del «futuro personal» de unos u otros. Lógico. Si la campaña se centra en un pulso entre el del PSC y el de Junts, Aragonès puede quedar fuera del foco. Las encuestas auguran que en el pulso a tres, el de ERC va el último. En este punto, Aragonès ha recordado que Vox también le ha denunciado «falsamente» y que el CNI le espió el móvil. Por su parte, Rull ha mostrado «empatía» con Sanchez pero «desde un punto de vista personal», no así desde el punto de vista político. «Le podríamos entregar un manual de resistencia contra el 'lawfare'. De casa se ha de venir llorado», ha indicado. El candidato de Junts ha reprochado a Illa que el PSC se pusiera del lado de los que 'reprimen' a los independentistas y que ahora les toque a ellos: «Hace tiempo que esto empezó». Rull ha reprobado que Sánchez quiera capitalizar la campaña electoral del 12M. Ignacio Garriga (Vox), tras recordar las cesiones de Sánchez a los independentistas (ley de amnistía, reforma del reglamento del Congreso…) ha señalado que «hay límites, políticos y morales, que Sánchez hace tiempo que traspasó» y ha acusado al presidente del Gobierno de victimizarse. Para víctimas, ha dicho Garriga, la familia de Canet de Mar (Barcelona) que, por pedir la aplicación de la ley y que el colegio de su hijo impartiera un 25% de español ha recibido «ataques» de los independentistas. Tampoco el candidato de Ciudadanos (CS), Carlos Carrizosa, se ha mostrado indulgente con el presidente del Ejecutivo. «Le digo a Sánchez que aquí [en Cataluña] sí ha habido acoso del independentismo violento y mucha gente hemos aguantado y sufrido, pero aquí estamos dando la cara», ha manifestado, poco antes de anunciar que, tras el debate, se marchaba al sur de Francia, donde Puigdemont está instalado para la campaña, para decirle al expresidente de la Generalitat que «no es un exiliado, sino un fugado de la Justicia». Alejandro Fernández, candidato del PP al 12M, durante todo el debate, ha tratado de protagonizar un cuerpo a cuerpo con Illa, que este ha ido despreciando en función del asunto a tratar. La táctica del popular la ha iniciado desde el inicio del debate, ya con el asunto de Sánchez, al que ha comparado con Puigdemont. Fernández ha dicho que la carta del líder del PSOE ha destrozado la campaña de Illa, a la hora de transmitir una imagen de estabilidad y certeza. «Sánchez se ha cargado su campaña», ha zanjado. Finalmente, Laia Estrada (CUP) ha recordado durante el debate organizado por RAC1 y 'La Vanguardia' que Manos Limpias, asociación que ha denunciado a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, ya pidió, hace un tiempo, la ilegalización de la CUP. Y Albiach ha advertido, sobre todo a Aragonès y Rull, que la respuesta a «la derecha enloquecida» no va de decir quién ha sido el que más está sufriendo. «Es el momento de resistir y pasar a la ofensiva. Hay que hacer limpieza en la cúpula judicial», ha propuesto.