Los fieles descendían de los autobuses con el ánimo con que lo harían si Pintor Rosales fuese Lourdes . La media de edad andaba también por la esperada en una peregrinación mariana organizada por la Federación Española de Centros de Día: elevadita. Lo que, bien mirado, tiene mérito, que el día estaba desapacible y amenazaba lluvia. Las señoras, previsoras, iban armadas con paraguas plegable y, los señores, sin chaleco, que es de fachas. Yo esperaba encontrarme con más autocares, la verdad. Una amable señorita con traje y sonrisa de partido se acercaba al grupo que tomaba café en la mesa de al lado de la mía, unas doce ruidosas personas que habían madrugado mucho. Les preguntaba la joven el número...
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