Viajar, descubrir nuevos destinos y sumergirse en culturas distintas es, sin duda, una experiencia inolvidable . Sin embargo, conocer realmente un lugar va mucho más allá de sus paisajes y monumentos, implica convivir con su gente , entender su forma de pensar y, a veces, adaptarse a costumbres muy diferentes. Los choques culturales pueden ser inevitables y, en ocasiones, complicar las interacciones con los locales. Así lo ha puesto de manifiesto Emiliana Artagaveytia, una joven uruguaya que lleva un tiempo viviendo en Valencia y que, a través de su cuenta de TikTok, 'emi_grando', ha querido advertir a quienes planeen visitar España sobre ciertos comportamientos que, según ella, pueden costar más de un disgusto . La creadora de contenido comienza su mensaje con una advertencia directa: «Cosas que ponen en peligro tu vida en España». Y, con un claro tono humorístico, lanza la primera recomendación: «Tener una discusión con un español y llevarle la contra». «Va a ser largo, va a ser doloroso… va a ser cansado», añade. Según la joven uruguaya, entrar en una disputa con un español requiere de gran preparación: «Espero que tengas tus razones bien estudiadas, porque cuando un español discute, discute hasta el final y con argumentos». Por otro lado, la influencer señala que existen ciertas frases o palabras que pueden encender la mecha de un español de manera casi instantánea : «Si por alguna vez has usado este tipo de palabras que te voy a decir ahora, te pueden dar un 'jamonazo' que te resetea». La primera que menciona es: «Estás exagerando». «Puede ser que te tiren un plato por la cabeza o también te pueden dar un minuto de silencio para que vos tengas tiempo de escapar». En su opinión, decirle exagerado a un español es cruzar una línea roja : «Es básicamente dar pena de muerte». Otra expresión que aconseja evitar es: «Tranquilito, relájate». «Si vas a usar esa frase asegúrate que no tengas ningún objeto cortopunzante con el que te puedan dar o también te pueden salir a correr, ellos corren rápido la verdad», señala, a lo que añade: «Imagínate que corren atrás de un toro, no van a correr detrás tuyo que hiciste 200 metros y te quedaste sin aire». Asimismo la joven señala que hay una sola palabra que, usada con cierto tono , puede hacer que la tensión suba de nivel : «¿Perdona?». Un término con el que aconseja prudencia : «Utilizar esta palabra con este tono te recomiendo que estudies bien la situación, porque acá vas a hacer que la discusión suba un punto que capaz que vos no vas a poder igualar». Y es que, según ella, un español enfadado tiene memoria de elefante : «Va a recordar cosas que pasaron hace 20 años, seguramente te hable de su pueblo y de la abuela». Y esas discusiones pueden tomar rumbos insospechados : «Puede haber llantos, risas o gol». La creadora de contenido uruguaya describe también el carácter intenso pero efímero del enfado español : «Aparte que el español se envuelve en llamas muy rápido». Sin embargo, tranquiliza a sus seguidores con una buena noticia: «Así como se envuelve se desenvuelve, porque después se va y te da dos besitos». En su experiencia, este rasgo es una ventaja para cualquier visitante: «Pero es lo que te va a beneficiar a vos, que es que no tienen rencor». Y lo ejemplifica con un gesto cotidiano: «¿Se tiene que tomar un cortadito contigo en la mañana todos los días? No hay problema». Sin embargo, advierte que hay factores que pueden aumentar el riesgo de encontrarte con un español de mal humor : «Vas a analizar la situación, porque si ya viene de estar media hora buscando lugar para aparcar… va a estar más calentito todavía». Y si, encima, en un restaurante olvidan algo tan básico como el pan, cuidado: «Si encima no le pusieron pan en la mesa, fíjate porque va a estar todo el día amargado». Con humor y mucha ironía, la influencer ha convertido su experiencia en España en una especie de 'manual de supervivencia' para todo aquel que quiera integrarse en la vida española sin meterse en líos. Sus consejos, aunque exagerados, encierran una verdad que cualquier residente o visitante descubrirá tarde o temprano: aquí las discusiones se viven con pasión, las palabras importan y el carácter puede encenderse en segundos… pero también apagarse con la misma rapidez, dejando sitio a una sonrisa, dos besos y, si hay suerte, un buen café. «Espero que hayas tomado nota para no ser misteriosamente atropellado por un toro», concluye.