«Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro», se lee sobre una arrebatadora estampa de la Playa de la Concha. Es la escena que cierra el conmovedor y didáctico documental ' Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA ', una producción de 'El diario vasco' que ayer se pudo ver en el Festival de San Sebastián y que presentó su director, David Taberna , que firma el trabajo junto a Arantxa Aldaz y Javier Roldán . Taberna reivindicó el papel de los periodistas que intentaron ser «el faro» para marcar la línea entre «lo que estaba bien y lo que estaba mal»: «Estamos convencidos de que la memoria es una de las mejores medicinas para mantener fuerte el sistema inmunitario de una democracia que unos pocos intentaron poner en peligro durante muchos años», reclamó. Y recordó que a apenas unos metros de los Cines Trueba -donde se proyectaba el documental- fue asesinado Gregorio Ordóñez, al que definió como un «político inusual que trabajaba a pie de calle»: «Su partido [el PP] había sido el más votado en las últimas elecciones y parecía que se iba a convertir en el próximo alcalde de esta ciudad y lo que hizo ETA fue violentar la voluntad de la ciudadanía e intentar reventar la democracia». El asesinato en el bar La Cepa del concejal Ordóñez es una de las primeras escenas de 'Un fantasma en la batalla' , la película de Agustín Díaz Yanes que se pudo ver en Sección Oficial fuera de concurso y que honra el legado de aquellos guardias civiles que ayudaron a debilitar a la banda terrorista hasta su derrota final. Pone el foco el director y guionista (de un proyecto que comenzó a escribir hace siete años, mucho antes del estreno de 'La infiltrada') en otra infiltrada entre terroristas. En este caso, una agente de la Guardia Civil que fue clave en que la Operación Santuario fuera exitosa. «Es quizá la operación más importante de la historia de la Guardia Civil, que desplegó más de 400 hombres durante 12 años, y logró desmantelar los zulos de ETA, con lo que se pudo desmantelar a los terroristas», explica en una entrevista con ABC el cineasta, que también pone el acento en la memoria de aquellos años de plomo y sinrazón. «A ETA no se la estudia en los colegios... La memoria es muy corta, cada vez lo es más, y los acontecimientos importantes se desdibujan», lamenta el director. «Vamos a ser sensatos, después de la Transición, [el terrorismo] ha sido el acontecimiento más importante de la historia de España, cerca de mil muertos, la sociedad destruida... Terrible», lamenta el director, que es cuidadoso con las palabras que escoge por respeto «a las víctimas que sufrieron tanto». «Hace 20 o 30 años, esta misma película en esta ciudad hubiera sido recibida de manera muy distinta. Pero la historia va en movimiento...», remata. Por desgracia, a Gregorio Ordóñez lo asesinaron demasiado pronto para ver una película así en su ciudad sin el miedo a los terroristas.