La gastronomía es uno de los rasgos culturales que mejor define a un país. Sin embargo, lo que para unos constituye un menú equilibrado , para otros puede resultar excesivo o poco saludable . Cada nación, con sus tradiciones culinarias y su manera de entender la alimentación, marca también cómo se nutren las generaciones más jóvenes en el entorno escolar. Y es precisamente ahí donde surgen los contrastes más llamativos . Así lo ha mostrado María, una profesora española que vive en Estados Unidos, quien decidió revelar en sus redes sociales qué comen los niños en el colegio donde trabaja , generando un aluvión de comentarios por parte de sus seguidores. La educadora sorprendió al compartir el menú que, semana tras semana, consumen los escolares en su centro. «Os enseño lo que comen los niños de mi escuela estadounidense», anunció en al comienzo del vídeo. «Cada día tienen dos opciones para beber, leche blanca o de chocolate y después un plato principal con su acompañamiento», aclaró. El recorrido semanal arranca con contundencia: «El lunes arrancamos con pizza y patatas, el martes pollo frito con verduras», explicó la profesora, recalcando que los platos principales suelen ser alimentos asociados a la comida rápida . El miércoles tampoco escapa a esa tendencia: «Miércoles, perrito con boniato, jueves, bagle con verduras y el viernes hamburguesa con boniato de nuevo». La española subrayó que, para endulzar la comida, «pueden elegir a veces entre manzana, zumo o melocotón en almíbar» y, para concluir, señaló que que los niños «pueden elegir si coger la comida o traerla de casa». Las revelaciones de la docente no tardaron en provocar un torrente de reacciones . Muchos usuarios cuestionaron la supuesta falta de equilibrio en los menús escolares norteamericanos . Uno de los comentarios más repetidos incidía en lo evidente: «Dios mío lo único saludable es la leche», señalaba una seguidora, mientras que otro internauta ironizaba con mordacidad: «Muy equilibrado todo en infartos unidos». Estas opiniones reflejan la percepción generalizada de que la dieta infantil en Estados Unidos sigue marcada por la abundancia de ultraprocesados y fritos , con escasa presencia de alimentos frescos. El contraste con lo que se acostumbra en países mediterráneos, donde la fruta, el pescado y las verduras tienen un mayor protagonismo, se hizo notar de inmediato en las respuestas al vídeo. No obstante, más allá de los comentarios, lo que está claro es que la cultura gastronómica de Estados Unidos no solo se vive en restaurantes o en el ámbito doméstico, sino también en las aulas. La pizza, las hamburguesas o los perritos calientes , convertidos en símbolos globales de la cocina americana, son también parte habitual del menú escolar. Para la española, acostumbrada a otra manera de entender la alimentación, el choque cultural resulta evidente. La ausencia de variedad en las frutas y la omnipresencia de opciones como el pollo frito o las patatas refuerzan una imagen muy distinta a la que en España se tiene de lo que debe ser una comida equilibrada para los niños. La elección de la leche, ya sea blanca o de chocolate, como única bebida, también sorprende en un contexto donde se tiende a ofrecer agua como base de la hidratación diaria. Por último, aunque la propia docente quiso remarcar que no todos los niños están obligados a consumir lo que ofrece la cafetería del colegio, pues existe la posibilidad de llevar la comida de casa, la elección mayoritaria suele inclinarse hacia los menús preparados por el centro, lo que convierte a estas bandejas en un espejo fiel de los hábitos que se están fomentando .