Dice el presidente que no ha podido dormir mucho. De todos los problemas que perturban el sueño del jefe, resulta que lo de la Flotilla le desquicia hasta el punto de robarle le sueño. Ha pasado la noche dando vueltas en la cama; levantándose al cuarto de baño; mirándose en el espejo; consultando con la sala de emergencias de la Moncloa cualquier avance o noticia desde el Mediterráneo. Allí despachaban a tiempo real el asunto de los valientes/intrépidos que llevaban navegando semanas con el «No Pasarán» de cuaderno de bitácora. «Ellos allí jugándose el pescuezo y nosotros aquí tan tranquilos», musitaba cada vez que pensaba en los rostros de Ada, Greta, Barby Flotilla o cualquier otra loba de mar que...
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