El Gobierno está dando la espalda a un movimiento general en Europa, sin distinción de ideologías, que llama la atención sobre la creciente amenaza rusa. Prácticamente todos los Estados concernidos con la seguridad colectiva –y principalmente los fronterizos con Rusia– e stán aumentando sus inversiones directas en un rearme histórico . También alertan sobre la necesidad de crear un sistema de cielos seguros frente a la intromisión continua de drones en sus espacios aéreos, compromiso al que ha sido convocado un impávido Pedro Sánchez. Los ciudadanos de esos países son concienciados de la gravedad de la situación con un lenguaje que no duda en emplear la palabra 'guerra', proscrita en Europa desde 1945. Incluso ya se están produciendo acciones directas de protección , como el abordaje de un petrolero ruso por unidades militares francesas, sospechoso de servir de base para el lanzamiento de drones. Se acelera el cambio de ciclo en Europa, obligada a superar el trauma de la Segunda Guerra Mundial y a sustituirlo por la voluntad de no ceder ante Rusia.