En la región belga de Flandes , en la confluencia de los ríos Lys y Escalda y a 50 kilómetros de Bruselas , está Gante , un destino vibrante y con una gran personalidad. Pese a tener más de 300 días nublados y con lluvia, la ciudad atrae cada año a más de un millón de visitantes, sobre todo en invierno y navidades, cuando luce con un encanto especial. Si bien se puede recorrer en un día, lo mejor es quedarse a dormir al menos un día para poder admirar su estampa nocturna iluminada que, sin duda, no defrauda. Lo mejor para descubrir los tesoros de esta ciudad universitaria es adquirir la City Card de 48 horas (42 euros) , una tarjeta que permite no solo disfrutar de transporte público gratuito y de un paseo en barco por el canal, sino también de entradas gratuitas a los principales monumentos. En un paseo por su entramado medieval, uno de los mejor conservados del norte de Europa, hay que hacer, como mínimo, estas diez paradas. El de los Condes de Flandes es el único castillo medieval con foso que queda en esta región con un sistema de fortificación prácticamente intacto, lo que lo convierte en uno de los principales monumentos de la ciudad de Gante. El origen de esta construcción se remonta a la ocupación romana, cuando ya había un primer asentamiento en un banco de arena del Lys. Pero, fue en la Edad Media cuando los condes reformaron los edificios de madera existentes levantando una torre del homenaje rodeada de un muro de piedra con 24 torres. A partir del siglo XIV el castillo de Grevensteen se convirtió en el epicentro de la justicia de esta región, pues tras sus muros se estableció el Consejo de Flandes y sirvió como prisión, de ahí que hoy día se pueda ver una colección única de instrumentos de tortura. A finales del siglo XVIII fue vendido a particulares y acabó convirtiéndose en un complejo industrial con una hilandería de algodón y las casas de las familias de los trabajadores. Finalmente, en el XIX las autoridades de la ciudad y el estado belga compraron el terreno a los distintos propietarios y restauraron el complejo bajo una interpretación romántica. Este es accesible al público desde 1907. Para conocerlo se puede escoger entre dos modalidades de visita con audioguía, el Big Five , tour de media hora de duración que permite descubrir los elementos más importantes, y el Comedy Tour que, narrado por el monologuista Wouter Deprez, cuenta la historia del edificio y explora el interior y los alrededores intercalándolo con anécdotas graciosas y peleas de caballeros. El precio de la entrada general es de 13 euros. Situada en Sint-Michielsplein 4, en el centro histórico de la ciudad, la iglesia de San Miguel comenzó a construirse en 1440, pero no se completaría hasta 1825, pese a ello presenta una notable unidad en forma y estilo siendo predominantemente de estilo gótico tardío. La idea inicial del proyecto era levantar una torre de 134 metros, pero debido a la falta de fondos se quedó en unos escasos 46. En su interior se guardan numerosas obras de gran valor, como el cuadro del Gólgota de Anthony Van Dyck , una de las obras más famosas de la pintura flamenca, o la escultura de mármol de María con el niño Jesús realizada por Rombaut Pauwels, quien se inspiró en una de Miguel Ángel. La entrada a este templo es gratuita. Construida en el siglo XIII en piedra azul calcárea de Tournai, la iglesia de San Nicolás, uno de los ejemplos más bonitos de arquitectura gótica escaldiana, se convirtió en el bastión espiritual de los comerciantes. Su aspecto arquitectónico más destacado es su cimborrio que, situado en el cruce entre la nave central y el transepto –y no encima de la entrada como sería lo normal–, funciona como una 'linterna' natural permitiendo el paso de la luz. En su interior destacan el órgano de 1856 del fabricante francés Cavaillé-Coll, las vidrieras que narran la historia de María y de la Crucifixión de Jesús obra del artista Jean-Baptiste Capronnier y el cuadro de Nicolaas Liemaker situada en el altar mayor. La catedral de Bavón , situada en la plaza Sint-Baafspleines, es una joya gótica cuyo origen se remonta a mediados del siglo XII, momento en el que se levantó una iglesia románica en el corazón de Gante, de la cual hoy todavía se pueden ver algunos restos en la cripta. En 1390 se crearon hasta 14 capillas alrededor del coro y entre los siglos XV y XVI el edificio se convirtió al estilo gótico hasta adquirir la planta que ha llegado hasta nuestros días. Sería en 1559 cuando conseguiría el rango de catedral. Más allá de su torre de 89 metros de altura con una gran aguja, aquí destaca la que es la obra de arte más robada de todos los tiempos, 'La adoración del cordero místico , un políptico con 12 tablas al óleo que representan diferentes escenas bíblicas y que es obra de los hermanos Hubert y Jan van Eyck . Llaman la atención también su altar mayor barroco realizado en mármol de diferentes tonos, el púlpito rococó, las tumbas de los obispos ganteses o el Tríptico del Calvario de Justo de Gante. Entre la catedral de San Bavón y la iglesia de San Nicolás se levanta el Campanario municipal (torre Belfort) , un espectacular edificio coronado por un dragón –símbolo y mascota de Gante– que vigila el casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las obras del que fuera el sistema de alarma de la ciudad medieval comenzaron en 1313 y se prolongaron por varios años. Homenaje a la dura lucha de los habitantes contra el conde Flandes por el poder que se dio desde el siglo XI, presenta una espectacular torre de 91 metros de altura que ejerce como mirador de excepción a la catedral y al resto de la ciudad. Como curiosidad hay que saber que sus campanas tocan algunas canciones conocidas tanto de música clásica como moderna y experimental en intervalos regulares. La estampa más famosa de este destino es, sin duda, la que ofrecen las fachadas de los edificios gremiales de los muelles de Graslei y Korenlei , donde llegan barcos desde el siglo XI. En el primero de estos se pueden ver: la Casa de los Barqueros Libres , de estilo gótico brabantino, la de los Medidores de trigo , de estilo barroco y elementos tardíos del renacimiento, la casa del Recaudador de impuestos , una construcción que puede pasar desapercibida a la vista por su reducido tamaño, la del Almacén del trigo , que data del 1200 considerándose una de las más antiguas de la ciudad, y la del Gremio de los carniceros , de estilo gótico flamígero. Por su parte, en el muelle de Korenlei, hay que admirar la fachada del edificio del actual hotel Marriott en la que destacan dos cisnes dorados que nadan en sentido contrario y que hacían referencia por un lado a las mujeres de compañía y, por el otro, a la bebida que se repartía en la antigua casa de 'Swaene' del siglo XVI. La plaza de Korenmarkt es uno de esos espacios en los que vecinos y locales se encuentran para conversar, un espacio lleno de terrazas y restaurantes en los que probar una de las muchas cervezas belgas o alguno de sus exquisitos platos típicos. Tal y como su nombre indica, este espacio funcionó hace casi 1.000 años como el Mercado de Grano, donde se llevaban a cabo transacciones relacionadas con el trigo que llegaba por el Escalda y el Lys al puerto de Graslei. Aquí destacan, también, dos construcciones: la iglesia de San Nicolás y la oficina de correos , un edificio que combina diferentes estilos arquitectónicos y que hoy día acoge un centro comercial y un hotel de lujo. De admirar es también su torre-campanario de 52 metros de altura. El edificio del Ayuntamiento de esta ciudad llama la atención de todos aquellos que pasean por Botermarkt, pues este presenta dos estilos arquitectónicos completamente diferentes que se separan por una bajante azul y blanca cuyos colores según dicen hacen referencia a los del equipo de fútbol de Gante. La fachada del lado de la Hoogpoort está realizada en un gótico flamígero tardío, mientras que la otra es de estilo renacentista con columnas de tres cuartos y pilastras dóricas, jónicas y corintias inspiradas en los palacios italianos. En su interior hay un total de 51 salas, entre las que se incluye la Capilla Nupcial donde se dan el sí quiero los vecinos ganteses. Esta ciudad que presume de ser moderna y contemporánea cuenta entre sus principales atractivos con una calle que se ha convertido en un lienzo al aire libre para los grafiteros. Werregarenstraatje es un pasillo peatonal de colores cuya imagen cambia constantemente gracias a las obras que estos artistas callejeros plasman en sus paredes. Aunque la regla no escrita de este lugar es no ensuciar o tapar los graffitis mejores que los tuyos, hay quienes estropean las obras con firmas y palabras sin sentido. Pese a esto todavía se pueden ver algunas estampas que son dignas de museo por su trazo, aplicación del color y diseño. En el número 65 de la calle Kraanlei, en un edificio que fue tiempo atrás el Hospital de los hijos de Alijn –el único en el que se cuidaba de pobres, enfermos y ancianos que se conserva–, se encuentra este curioso museo perfecto para ir con niños. Este espacio expositivo m uestra la vida común de la persona de a pie en el siglo XX proponiendo un viaje al pasado para recordar algunos de esos acontecimientos cotidianos y excepcionales de la vida. Cada sala está vinculada a una fecha del calendario y tiene su propia temática. A lo largo de la exposición, que es además interactiva, se pueden encontrar objetos, fotos y vídeos de los siglos XX y XXI que invitan a mantener una conversación sobre el pasado y el presente. Situado en la orilla derecha del río Lys, en el centro urbano en el número 5 de Waaistraat, está el Ghent River Hotel , un alojamiento perfecto para establecer base durante la visita a Gante que combina un pasado industrial con elegantes y modernas instalaciones. Este hotel, el único de la ciudad accesible por barco, se encuentra en dos construcciones con historia, una casa renacentista de 1518 y una arrocera construida en 1857 sobre los cimientos de una refinería de azúcar. En total, ofrece 78 habitaciones y suites de diferentes categorías y precios que se adaptan a todos los presupuestos, algunas de ellas con vistas al río. Destaca la zona de desayuno que, ubicada en la azotea, ofrece vistas panorámicas de este mágico rincón belga. Las instalaciones se completan con dos salas de reuniones, gimnasio, sauna, bar y una sala de estar con wi-fi. Los precios por noche para dos personas van desde los 100 euros.