Las redes sociales nos están permitiendo descubrir realidades sin tener que movernos a ellas. Es el caso de las personas que se van a vivir a otros países y que utilizan las plataformas digitales para compartir sus descubrimientos u ofrecer consejos a quienes deciden irse de viaje a donde residen. Es el caso por ejemplo de la creadora de contenido española Marta Oliver Ribas , que reside desde hace un tiempo en Kirguistán . Una nación montañosa de Asia Central conocida por sus tradiciones nómadas y paisajes del Tian Shan . En los últimos años ha atraído a viajeros y nómadas digitales por su bajo coste de vida, aunque también enfrenta retos de infraestructuras y sanitarios. En cuanto a la sanidad con España presenta diferencias notables y a esto ha querido hacer referencia la citada influencer en una de sus últimas publicaciones, en donde refleja la experiencia de llevar a su hija al pediatra. Su testimonio, entre la preocupación y el choque cultural, ha generado debate sobre las diferencias en atención sanitaria entre España y Asia Central. «Me gustaría contar cómo es llevar a tu hija pequeña al pediatra aquí en Kirguistán», comienza explicando la joven en su publicación. La influencer, sanitaria de formación, cuenta que su hija sufrió «un virus de barriga» que la dejó horas llorando y le llevó a acudir a una clínica local en busca de asistencia. «La clínica está más o menos bien, pero ves lo típico aquí, un tenderete con gasas colgadas, cosas que no son muy higiénicas y que en España estarían totalmente prohibidas », detalla, subrayando que su experiencia profesional le permite notar las diferencias en protocolos sanitarios. Según relata, la pediatra diagnosticó rápidamente un virus estomacal , pero le propuso colocarle una vía intravenosa con «vitaminas, solución salina y paracetamol». «Obviamente, no voy a hacer que mi hija coja un trauma por ponerle una vía para un virus de barriga. La niña no estaba deshidratada», aclaró en la publicación, bastante comentada por sus seguidores. Finalmente, la médica decidió aplicar una inyección intramuscular «para los vómitos», tras lo cual la menor mejoró. La creadora añadió que la receta entregada estaba íntegramente «en letras rusas», por lo que recurrió a la inteligencia artificial : «Menos mal que tenemos al chat GPT, que me diga cuántas veces cada cosa, porque no entendía nada». El coste total de la consulta sorprendió a la española por su bajo precio : «La consulta me ha costado unos 12 euros y la inyección 1,80. En total, 14 euros llevar a la niña a urgencias».