Mejorá la memoria a corto y largo plazo: los sencillos hábitos que te pueden ayudar a no olvidar nada
Mantener tu mente ágil y alerta en cualquier situación es posible si comenzás a incorporar estas actividades a tu rutina.
En la era del constante flujo de información y las múltiples responsabilidades, contar con una memoria confiable es más valioso que nunca. Afortunadamente, hay una serie de hábitos simples que podés incorporar en tu rutina diaria para mejorar tanto tu memoria a corto como a largo plazo.
Desde ejercicios de estimulación cognitiva hasta cuidar tu alimentación, estos son algunos consejos respaldados por la ciencia para fortalecer la capacidad de recordar.
Estimulación cognitiva: cómo ayudar a tu memoria
Uno de los métodos más efectivos para fortalecer tu memoria es a través de la estimulación cognitiva. Este tipo de ejercicios desafían a tu mente y la mantienen activa, lo que puede tener un impacto significativo en tu capacidad de recordar información. ¿Qué podés hacer?
Memorizar y repetir: Dedicá tiempo a memorizar dígitos, listas de palabras o incluso los números de teléfono de tus contactos. Repetí esta información varias veces para reforzarla en tu memoria.
Asociación con los sentidos: No te limites al sentido visual. Asociá recuerdos o información con aromas, sonidos o incluso sabores. Esta conexión multisensorial puede hacer que los recuerdos sean más vívidos y fáciles de recuperar.
Observar y anotar: Probá observar una imagen durante un minuto y luego anotá todo lo que puedas recordar de ella. Este ejercicio no solo mejora tu capacidad de retención, sino que también fortalece tu enfoque y atención.
Alimentación balanceada: una forma de nutrir tu cerebro
Tu alimentación no solo afecta tu salud física, sino también tu salud mental, incluida tu capacidad de memoria. Incorporar una dieta equilibrada y nutritiva puede tener un impacto positivo en la función cognitiva. ¿Qué debés tener en cuenta?
Ácidos Grasos Omega-3: Según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado graso, las nueces y las semillas de chía, pueden mejorar la memoria y la función cerebral.
Vitaminas y Antioxidantes: Asegurate de incluir en tu dieta una variedad de frutas y verduras, que son ricas en vitaminas y antioxidantes que protegen el cerebro del daño oxidativo y promueven un funcionamiento óptimo.
Ejercicio: otro impulso que el cerebro necesita
La relación entre el ejercicio físico y la función cognitiva es innegable. Diversos estudios demostraron que mantenerse activo no solo beneficia al cuerpo, sino también al cerebro. ¿Cuánto ejercicio necesitás?
Recomendaciones oficiales: Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos, los adultos sanos deben realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada, como caminar rápido, o 75 minutos de actividad aeróbica intensa, como correr, cada semana.
Beneficios cognitivos: La actividad física no solo mejora la memoria, sino también la capacidad de aprendizaje, la velocidad de reacción y la toma de decisiones. Además, el ejercicio ayuda a oxigenar tanto el cuerpo como el cerebro, lo que favorece un funcionamiento óptimo.
Al adoptar estos sencillos hábitos en tu vida diaria, podés fortalecer tu memoria y mantener tu mente ágil y alerta en cualquier situación. Recordá que la clave está en la consistencia y la dedicación.