Arroja investigación abusos durante la pandemia
En México, los protocolos en las empresas para enfrentar la pandemia no han sido equitativos: mientras unas han respetado la diferenciación entre actividades “esenciales” y “no esenciales” y, en las primeras, se promueven los medios de protección y la sana distancia, otras han desobedecido la normativa de los gobiernos, federal o estatales, en perjuicio de sus colaboradores.
De acuerdo con una investigación de dos alumnas de la Universidad de Monterrey, arrojó que la dependencia del país de la inversión extranjera, los mercados internacionales y las empresas multinacionales explica por qué la reanudación de las actividades “no esenciales” se produjo en el momento de mayor tasa de infección sostenida.
“A raíz de la reapertura económica de países europeos y asiáticos, así como de la presión de gobiernos y empresas de países con los que México tiene la mayor integración económica –Canadá y Estados Unidos–, el Gobierno mexicano acordó la reanudación gradual de las actividades económicas el 1 de junio de 2020”, subraya el estudio.
Para Constanza Michell Aranda Robles y María Paulina Lamadrid Antúnez, quienes recién concluyeron el quinto semestre de la Licenciatura en Derecho de la UDEM, lo que la pandemia Covid-19 ha hecho es poner de relieve los frecuentes abusos de empresas contra los derechos humanos en México desde antes de la contingencia sanitaria.
Durante el semestre pasado, las alumnas colaboraron con el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos (CIEDH), una organización no gubernamental con sede en Londres, Inglaterra, para realizar la investigación ¿Economías de cuidado o de abuso? Conducta empresarial en México durante la pandemia de Covid-19.
Tan solo del 19 de marzo al 14 de agosto el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación recibió 417 quejas de abuso, tanto por medidas sanitarias insuficientes como por abusos contra derechos laborales, tales como despidos injustificados, reducción de salarios, vacaciones forzadas sin salario e, incluso, represalias en contra de personas trabajadoras que exigían el respeto de sus derechos.
Paulina señaló que la mayoría de los casos que encontraron se centran en la negativa a cesar actividades que fueron declaradas no esenciales por el Gobierno mexicano, además de la falta de protocolos sanitarios o de medidas de seguridad en los centros de trabajo, y, como consecuencia de eso, la aparición de contagios masivos e inclusive muertes, tanto de los trabajadores como de sus familias.
“Al final, afectan la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, siendo mucho más grave y más perjudicial en esta situación de pandemia; hubo varias huelgas de trabajadores –principalmente, en el sector maquiladora–, porque sabían que eran riesgosas las actividades que les pedían las empresas”, señaló.
Constanza indicó que se localizaron empresas que, si bien pertenecían al rubro de “empresas esenciales”, operaban sin seguir las medidas sanitarias, sin pagar salarios o pagándoles parcialmente, “todo con la excusa de que el COVID-19 imposibilitaba costear lo anterior”.
La estudiante agregó que también hubo empresas que no pertenecían al rubro autorizado para seguir con sus labores, pero siguieron trabajando.
Incluso, el reporte de las alumnas descubrió que, tras la reapertura de la economía el 1 de junio de 2020, la situación no mejoró y siguió habiendo denuncias sobre abusos y casos de muertes por infección en el lugar de trabajo.
“Lamentablemente, existen violaciones de derechos humanos desde antes de la pandemia”, afirmó Paulina, “particularmente, los derechos laborales son objeto de abusos en estos sectores, porque son poblaciones vulnerables las que trabajan en maquiladoras, en el campo y en minería y petróleo; sin embargo, hubo una exacerbación de estas violaciones en el contexto de la pandemia, principalmente, porque las empresas ponían primero el lucro antes del bienestar de las personas”.
Agregó que están conscientes de que la situación de pandemia también afecta los rendimientos económicos de las empresas, pero “encontramos casos donde iban más allá de lo que es razonable, por ejemplo, se escondían a trabajadores de las inspecciones de autoridad o se ocultaban contagios y muertes en la empresa a los mismos trabajadores”.