Cesáreo Gámez: Mal inicio
Los primeros indicadores de actividad económica disponibles para 2021 muestran señales negativas. Empezando por el indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) estima anticipadamente una variación negativa del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de 4 por ciento durante febrero 2021 respecto al mismo mes del año anterior.
Por otro lado, en cuanto a los datos duros, la producción industrial en el primer mes del año en curso registró una contracción de 4.9 por ciento, acumulando 22 meses consecutivos mostrando tasas negativas, desde abril de 2019.
Las tasas negativas se pueden observar en todos los sectores que integran en sector industrial. La minería se contrajo en 3.3 por ciento, la provisión de agua y electricidad en 4.9 puntos porcentuales, mientras que la construcción y la industria manufacturera se contrajeron en 10.0 y 3.4 por ciento, respectivamente.
Entre las ramas manufactureras más afectadas se encuentran la fabricación de equipo de transporte, con una reducción de 12.3 por ciento en el primer mes del año, así como la fabricación de prendas de vestir y de productos de cuero, con tasas negativas de 28.6 y 18.6 por ciento en el periodo de referencia.
Otro signo del mal inicio de 2021 se observa en la venta al público de vehículos ligeros. Las ventas al público de estos vehículos ascendieron a 83 mil 323 unidades, lo cual representa una reducción de 22 mil 015 vehículos en relación a febrero de 2020.
En el primer bimestre del año los vehículos ligeros vendidos fueron 163 mil 256 unidades, lo que representa una reducción de 21.8 por ciento respecto a los vehículos vendidos en el primer bimestre del año pasado (209 mil 190).
Recuento de los daños
Por otro lado, en lo que podríamos calificar como el “recuento de los daños”, los indicadores de los diversos aspectos de la economía muestran caídas históricas en el 2020.
El consumo privado registró una caída sin precedente de 11.0 por ciento durante el año pasado. Esta caída se mostró en todos los aspectos del consumo, destacando los bienes semiduraderos de origen nacional, con una contracción de 26.1 por ciento en el año.
El consumo de bienes importados disminuyó 15.1 por ciento, destacando los bienes duraderos de importación, cuyo consumo se contrajo 27 puntos porcentuales en el periodo de referencia.
El consumo privado es uno de los indicadores más importantes de los niveles de bienestar de la población, por lo que su drástica caída refleja una contracción similar el los niveles de bienestar de la población mexicana.
Otra muestra importante del recuento de los daños es la contracción de 18.2 por ciento en la inversión fija bruta. La contracción se observó en todos los rubros que integran la inversión, pero la caída más fuerte se registró en la inversión en maquinaria y equipo, que se contrajo en 19.3 puntos porcentuales.
En especial, la inversión en equipo de transporte importado, que se contrajo en 35.3 por ciento, mientras que la inversión en equipo de transporte nacional lo hizo en 28.6 puntos porcentuales.
La inversión es considerada por los analistas como el motor del crecimiento económico, por lo que su contracción tendrá efectos importantes en la productividad y el crecimiento potencial de la economía en el corto y mediano plazo.
Otro sector golpeado durante el 2020 fue el comercio. Durante diciembre de 2020 las ventas de los comercios al mayoreo disminuyeron 2.5 por ciento, mientras que las ventas de los comercios minoristas se redujeron en 6.2 puntos porcentuales.
También la construcción registró una caída histórica en el año pasado. El valor generado por la industria de la construcción se desplomó 24.7 por ciento en el 2020. Mientras que el empleo generado en esta industria se redujo en 17.6 puntos porcentuales.
Las proyecciones sobre el comportamiento de la economía mexicana prevén un crecimiento cercano a 4 por ciento para este año, Hasta ahora no se han detectado síntomas de ese repunte, esperemos que se manifiesten en los próximos meses.
El autor es economista de la UANL, con Doctorado en la Escuela de Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt.
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