Vacunación contra COVID en Afganistán cae casi 80% tras regreso de talibanes
Las inoculaciones bajan de 134,600 a 30,500, según un vocero de Unicef citado por Reuters.
En la primera semana después de la toma de Kabul por parte de los talibanes, las vacunas contra la COVID-19 en Afganistán se redujeron casi 80 por ciento, y la mitad de las pocas dosis entregadas al país hasta ahora están a punto de caducar, según declaraciones que dio a Reuters un vocero de la Unicef.
En la semana que comenzó el 15 de agosto se habían vacunado 30,500 personas en 23 de las 34 provincias del país, mientras que la semana anterior se inocularon 134,600 personas en 30 provincias, según datos proporcionados por la fuente a la agencia de noticias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el martes de que sólo dispone de material médico en Afganistán para una semana, ante la imposibilidad de hacer llegar suministros al país, en un momento en que aumentan las necesidades por la violencia y el caos en Kabul, de acuerdo con la agencia EFE.
“Ahora mismo la OMS sólo tiene suficientes suministros en el país para una semana”, señaló el director regional de la organización para el Mediterráneo Oriental, Ahmed al Mandhari, en una conferencia de prensa virtual.
Al Mandhari explicó que más de 500 toneladas métricas de material sanitario destinadas al país asiático están bloqueadas en Dubái, ante la imposibilidad de enviarlas vía aérea por la situación caótica en el aeropuerto de Kabul.
Esta escasez, añadió el director regional, coincide con un aumento de las necesidades en el país debido a los últimos eventos.
La OMS teme que se produzca un nuevo pico en los contagios del COVID-19, debido al movimiento de desplazados internos, que podría llevar a una mayor transmisión del virus.
Hasta la semana pasada se habían registrado en Afganistán 158,600 casos acumulados desde el inicio de la pandemia, y el número de nuevos contagios diarios estaba disminuyendo, aunque apenas 5 por ciento de la población, unos dos millones de personas, está vacunada.
Por otro lado, el organismo indicó que ha recibido informes de un incremento en los casos de diarrea, alta presión sanguínea, complicaciones en salud reproductiva, malnutrición, traumas y emergencias.
Su director regional de Emergencias, Richard Brennan, indicó que la OMS ha recibido ofertas de vuelos para llevar el material bloqueado a Afganistán y que esperaba tener “noticias alentadoras” al respecto “en los dos próximos días”.
El representante de la OMS en el país asiático, Dapeng Luo, afirmó que los talibanes están apoyando de momento el trabajo de la organización y no están presionando a su personal, pese a lo cual algunas de sus empleadas mujeres no habían acudido a trabajar, e incluso habían renunciado, “debido a la situación de inseguridad”.
La OMS cuenta actualmente con 684 personas trabajando en 34 provincias de país, que antes de que estallara la crisis, ya era el escenario de la tercera mayor operación humanitaria del mundo a causa de la “guerra, el desplazamiento, la sequía, el hambre y, por supuesto, la pandemia del COVID-19”, apuntó Dapeng.
También admitió que, aunque tanto hombres como mujeres, estaban haciendo uso de sus servicios, “algunas pacientes temen salir de casa a menos que se encuentren en unas condiciones de riesgo para su vida”.
Brennan subrayó que los talibanes “han dejado claro que quieren que Naciones Unidas se quede y (desean) la continuación de los servicios de salud”, y que el comisionado para la salud del movimiento radical se reunió el lunes con los organismos internacionales que operan en este sector y les animó a permanecer en el país.