Quedó demostrado en 2022…
Pese a la guerra en Ucrania, Atzayaelh Torres afirma que el suministro de energéticos en México siempre se han garantizado.
A horas de terminar el año, podemos reflexionar sobre algunos asuntos, interrogantes mejor dicho, que quedaron demostradas y respondidas al cierre de este menos convulso (si lo comparamos con los dos años anteriores) 2022.
Quedó demostrado en 2022 que México no es Venezuela. Los detractores del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que desde la campaña de 2018 vaticinan para México la condición de inestabilidad económica, hiperinflación y escasez de productos básicos, se quedarán un año más con más ganas de cantar que tenían razón.
La disciplina fiscal que se ha mantenido en la Secretaría de Hacienda, pese a cualquier personaje que la encabece, ha sido reconocida por la mayoría de los grupos financieros en el país y el mundo.
Por otra parte, pese a los embates logísticos que se viven aún en la época post pandémica, el suministro de los insumos que requerimos los ciudadanos todos los días ha estado garantizado, sin mencionar que de acuerdo con los líderes del sector empresarial, las medidas que se han tomado respecto a pactar aumentos de precios en algunos productos (me refiero al PACIC), han tenido un efecto favorable en la temida inflación.
Quedó demostrado en 2022 que México no es el patio trasero de Estados Unidos. Y no porque ambas economías se hayan divorciado (lo que sería inevitable) sino porque se ha respetado un sano distanciamiento en la toma de decisiones, cuyos desacuerdos mejor se ha llevado al terreno de la controversia comercial, donde serán resueltos en los siguientes meses temas como el sector energético o el maíz transgénico, todo ello bajo el mecanismo del T-MEC, donde México ganó apenas hace unas semanas la disputa por las reglas de origen en el sector automotriz. Sin embargo, habrá que ser cauteloso con el pronóstico recesivo que se carga Estados Unidos para el siguiente año, y que sin duda podría tener un efecto mucho más adverso, si el gobierno mexicano fuera más complaciente.
Y por último, quedó demostrado en 2022 que en el país no reina AMLO (como muchos afirmaban), y que México es un país donde prevalece la democracia y la división de poderes. El descalabro político que significó el rechazo a las reformas energética y electoral, demuestran que la Constitución está viva y que tiene que seguirse aplicando, principalmente en un año como el que viene, donde al calor de la pre contienda electoral, se puede caer en la tentación de brincar las reglas. Todo a su tiempo.
Reciba mis mejores deseos para este año que está por comenzar, estimado lector, esperando que 2022 lo haya tratado mejor. Reciba un respetuoso abrazo, y nos leemos en 2023.